Estaba claro, Lucy tenía muy buena mano con los niños. Les explicó lo que pasaba, obviando ciertas partes y haciéndoles comprender el por qué estábamos haciendo creer a Lisanna que yo era su novio. Los niños rieron al saber que era un juego, lo comparó con los cuentos que ella solía contarles. En esta ocasión Lisanna era la bruja malvada que quería un reino y que tenía que cazar a un dragón, o sea yo, y todos hacían creer a la bruja que había ganado, pero en realidad aún no había acabado con el dragón. Era increíble como los había calmado y ellos habían entendido todo. Ya no seguían molestos conmigo, incluso me apoyaron diciendo que me ayudarían a acabar con la bruja malvada. Me hicieron sonreír.
Mis padres estuvieron más que contentos con tener a Lucy por aquí. Al final pasamos un día agradable en familia, incluida comida familiar. Quería inmortalizar este momento en mi mente. Toda mi familia reunida y con Lucy presente. Era algo que quería que perdurase y esperaba que así fuera pronto.
El fin de semana pasó en un abrir y cerrar de ojos. Zeref y los demás debían regresar a su hogar, mi madre se puso un poco triste, pero ya tenía planeado irse con mi padre unos días a Alavarez y estar más tiempo con los pequeños.
La vuelta de Lucy a la universidad me preocupaba, no pude estar cerca de ella. Notaba que Lisanna la miraba con odio, pero Lucy se mantenía lejos de nosotros, ni nos miraba. A la hora del almuerzo se fue con Sherry y sus nuevas amigas. Veía como a mis amigos no les gustaba eso, nos encontrábamos en la misma situación que hacía semanas atrás. Pero ¿qué podía hacer?
Los días pasaron, no pude acercarme a Lucy para nada, ni fuera de aquí. Temía que Lisanna me estuviera vigilando. En la empresa pensaba que la vería, pero mi sorpresa fue que estaría un tiempo trabajando con Jude y mi padre. Hablábamos poco por mensaje. Como cuando estaba en Nueva York, pero en cierta manera estaba tranquilo. Hoy acabaría todo. Era el día de la prueba de ADN y en unas horas todo se habría terminado. Le pedí a Gray que me acompañara ya que mis padres se habían marchado a Álvarez a pasar la semana.
—¿Nervioso? —me preguntó Gray.
—Sí —contesté. Miré a Lisanna que estaba sentada al otro lado de la sala de espera, había venido con su amiga Laki. Eso me extrañó, pensé que vendría con su madre. Pero, en fin, me daba igual.
—Ya tenemos los resultados —la doctora que nos había atendido apareció en la sala de espera. Tenía un nudo en el estómago. Deseaba con todas mis fuerzas que no fuera el padre. Nos hizo pasar a la consulta, a mí y a Lisanna—. Bien, pues... —abrió el sobre con los resultados, aguanté la respiración— Es positivo. Eres el padre —la sangre se me heló.
—¡Lo sabía! —gritó Lisanna eufórica— Ahora estarás más tranquilo, amor —me tomó de la mano, pero ni siquiera podía reaccionar. ¿Yo soy el padre? Esto tenía que ser una jodida broma. No, por favor, no.
—E... ¿está segura? —logré decir. La doctora me sonrió.
—Claro que sí —contestó. Lisanna se levantó, haciéndome levantar a mí también.
—Muchísimas gracias doctora Mikazuchi —Lisanna cogió el sobre con los resultados y me dejé arrastrar por ella hacia la salida. Yo seguía en shock.
—Natsu —Gray se puso en pie al verme— ¿Estás bien?
—Cariño, estás pálido. Claro, la noticia te ha conmocionado. Lo sé, pero yo ya te lo decía. Es nuestro bebé. ¿No estás contento?
—¿Contento? —dije irónico.
—Sí, contento —dijo Lisanna con una sonrisa.
—Déjame solo —dije. Lisanna frunció el ceño ante mi tono molesto.
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¡HURACÁN LUCY!
Roman d'amourQuien le diría al joven Natsu Dragneel, que su tranquila vida de mujeriego iba a dar un giro de 360º. ¿Y por qué razón? Ella. Según él, una pija malcriada de lengua viperina y mirada venenosa. Había llegado el ¡Huracán Lucy! Fecha de inicio: 08/01/2...