CAPÍTULO 156 ¡¿ME ESTAS LLAMANDO CERDA?!

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Los flashes de las cámaras me rodearon, estaba aturullado y confuso. No sabía bien que estaba pasando. Había salido de la empresa a por dulces, quería animar a Lucy, estaba un poco apagada últimamente con todo lo que estaba pasando con Lisanna. Y al salir, de golpe todos los flashes me deslumbraron.

Joven Dragneel, hay rumores de que su novia Lisanna Strauss está embaraza ¿son ciertos?

—¿Qué?

¿Van a casarse ante el inminente acontecimiento?

—¿De que hablan?

¿Existe un triángulo amoroso entre la joven Heartfilia, usted y la joven Strauss?

Un montón de preguntas me abrumaron. ¿Qué estaba pasando?

¡Sra. Dragneel ¿puede decirnos si va a ver boda con la joven Strauss ahora que está embarazada?

—Lo siento, sin comentarios —mi madre habló a mi lado y me cogió del brazo adentrándome de nuevo a la empresa. Los de seguridad hicieron su trabajo bloqueando la entrada de los paparazis. Estaba en shock—. Hijo ¿estás bien? Hijo —me zarandeó.

—¿Qué...? ¿Qué ha pasado?

—Creo que esa pequeña bruja ha filtrado información. Está moviendo ficha. No le basta con todo lo que le damos que quiere más. Está aprovechando la oportunidad —miré confundido a mi madre—. La prensa os ha estado siguiendo o mejor dicho creo que ella a maquinado todo para que así sea. Hay fotos vuestras, de cómo la acompañas a casa y como parece que os besáis.

—¿Qué?

—Tranquilo, hemos intentando que no salga en los medios, pero los rumores se van extendiendo... —la furia me invadió.

—¡¿Dónde está?! —empecé a caminar dirección a los ascensores.

—¡Hijo, tranquilo! —sentí las manos de mi madre— Tranquilo, no montes escenas aquí. Es lo que quiere. Todos hablarían más de vosotros. Tranquilízate.

—¡¿Tranquilizarme?! ¡Está metiendo a Lucy en toda esta mierda! ¡Hablan de triángulos amorosos! ¡Y no existe tal cosa! —estaba alterado.

—¿Quieres tranquilizarte? ¡Por Dios!

—¡¿Cómo?!

—Escúchame, no puedes mostrar ira o debilidad ante ella, sino podrá contigo. Acabarás cediendo a lo que ella quiere y eso no es lo que quieres ¿no?

—No, pero ¿cómo lo hago? Me está sacando de mis casillas. Estoy teniendo una paciencia infinita. Me enerva la sangre, mamá.

—Ya, tranquilo mi vida —mi madre me abrazó, pero no me calmaba. Solo había una persona que me calmaba en estos momentos. Correspondí el abrazo y el ascensor llegó hasta nuestra planta.

—Siento haberte gritado, mamá.

—No pasa nada, cariño —me sonrió—. Anda ven conmigo, necesito encontrar a Lucy —fruncí el ceño.

—¿No la encuentras?

—No exactamente. Sabía dónde estaba, pero la he perdido. Así que acompáñame.

—Vale.

No me iba a oponer. Quería ver a Lucy, apenas la había visto hoy en la universidad. Casi no habíamos coincidido y la echaba de menos. Pasaba la mayoría de noches durmiendo con ella, pero poco más. Desde el asalto de esos enmascarados la cosa estaba tensa. Ella, como había dicho estaba apagada, intentaba sonreír, y hacer ver que estaba bien, pero en el fondo sabía que no lo estaba. Todo esto le afectaba y mucho, pero aguantaba, aguantaba por mí.

¡HURACÁN LUCY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora