CAPÍTULO 85 ¡GRACIAS, GRACIAS!

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Llegamos al centro comercial, el camino lo pasamos entre risas y bromas. Me metí con ella diciéndole que era una bruja malvada y junto a Sorano eran terribles. Me habló un poco más de cosas que hacían ella y Sorano, muy terribles. Creo que esas dos están bien alejadas una de la otra, unidas son un peligro andante. Me habló de lo arpías que eran con los chicos, los ponían a cien y luego los dejaban con las ganas. La Princesita no era capaz de acostarse con cualquiera, sí jugar un poco, pero nada más allá y Sorano bueno, ella batea más para el lado de las chicas. Perversas criaturas. Eso sí, tenían una regla, si sabían a ciencia cierta que estaban con alguna chica no se metían con ellos. Alguna que otra vez les vino alguna chica a cantarles las cuarenta y ellas como buenas arpías les contestaban, pero no finamente como ahora lo hace la Princesita no, con insultos en toda regla. Tuvo una adolescencia movidita la niña. Después de lo Minerva cambió un poco, ese episodio la hizo madurar y darse cuenta de que no quería seguir siendo una bruja mala, se volvió "buena y dulce", aunque yo creo que siempre lo fue. Por las cosas que he sabido de ella por nuestros amigos creo que siempre fue una buena niña, tuvo su época de rebeldía como todos. Es una versión más de ella y me encanta. Toda ella me encanta.

—Ya pensábamos que os había pasado algo —dijo Erza cuando llegamos al centro comercial.

—Exagerados, si no hemos tardado tanto —dije.

—Ya, ya, un polvete rápido de reconciliación en el coche —dijo Levy codeando a Gajeel. Todos rieron.

—¡Levy! —la riñó la Princesita.

—¿Cómo es que habéis venido en el coche de Lucy? —preguntó Erza.

—Bueno, es que esta mañana me han acompañado —contesté. Erza y Levy fruncieron el ceño.

—¿Quién? —preguntaron a la vez. Miré a la Princesita y solo escondía una risita.

—Alguien —contesté.

—¿Qué alguien? —preguntó Levy. Entrecerró sus ojos.

—Oye, ¿comemos algo? Tengo hambre, yo no he comido nada —dijo la Princesita. Sonreí, lo había hecho para ayudarme.

—¡Anda, es verdad con lo de Loke no has comido! —dijo Levy. Automáticamente se llevó las manos a su boca. Bocazas. Aunque ya lo sabe.

—¿Lo de Loke? —dijo la Princesita con el ceño fruncido.

—Esto... verás —dijo Erza.

—Bueno, ya la he cagado así que qué más da. Te hemos visto con Loke, tremenda pelea chica. ¡Bien hecho! —dijo Levy.

—Sois unos cotillas de mierda —dijo la Princesita—. Ya os ha pegado esa fea costumbre —me señaló.

—Oye bonita, que tú no te quedas atrás —dijo Erza. Enarqué una ceja.

—Erza ¿comemos pastel? —dijo la Princesita. Levy frunció el ceño.

—¡De fresa! —contestó Erza emocionada. Gajeel y Jellal rieron. Pero Levy y yo queríamos saber porque Erza había dicho eso.

—No, no, no. A mí no me cambies el tema así —dijo Levy— ¿Por qué Erza ha dicho eso?

—Porque también es una cotilla —dijo Erza.

—¡Erza! —la riñó la Princesita.

—Uy, uy ¿Qué has hecho Coneja?

—Nada —contestó la Princesita. Jellal rio. La Princesita lo miró—. Abogado, defiéndeme —dijo y todos reímos. No sentamos en un sitio de comida rápida, para comer algo. Mientras esperábamos nuestra comida, miramos a la Princesita esperando una respuesta. Jellal miró a la Princesita y esta asintió. Carraspeo y puso semblante serio.

¡HURACÁN LUCY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora