CAPÍTULO 148 ¡NO SERÍAS CAPAZ!

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—¿Estás mejor? —Gray me extendía un café.

—No, pero la ducha ha ayudado a despejarme —dije cogiendo la taza de café. Miré la habitación— ¿Por qué me has traído a tu casa?

—Creí que cambiar de aires un poco te iría bien y no deprimirte en tu apartamento solo —asentí bebiendo un sorbo de café. Fruncí el ceño y lo miré ¿quién le había avisado? —Cana me llamó diciendo que no estabas en tu mejor momento. Así que fui a ver —contestó antes de que le formulara la pregunta— ¿Me vas a contar qué pasa? —resoplé y tomé otro sorbo de café.

—Lisanna está embarazada.

—Eso era una posibilidad. ¿Ya es oficial?

—Se ha desmayado en la oficina.

—¿En la oficina? —preguntó confundido.

—Ah, sí, ahora trabaja en la oficina.

—¿Cómo? —preguntó incrédulo.

—Pues eso, que ahora trabaja ahí. Se presentó pidiendo un puesto de trabajo y mi madre se lo dio, según dice para controlarla.

—Vaya... Se ha movido rápido la arpía —asentí.

—Sí, y para colmo se ha desmayado, lo que intuyo que se confirma lo del embarazo.

—Espera, espera, espera. Quizás lo ha fingido.

—¿Sabes? No me sorprendería, pero parecía muy real. Incluso de camino a su casa ha estado callada y con los ojos cerrados, descansando supongo.

—Hm...

—No sé qué pensar ya... —dejé la taza en la mesita de noche y me tumbé en la cama— Esto se está poniendo cada vez peor. Si ese bebé es mío no quiero darle de lado. Aunque no lo deseara, pero a fin de cuentas sería hijo mío.

—Ya, es difícil mirar para otro lado, pero Natsu, no te agobies todavía, ese crío puede que no sea tuyo. Tú mismo sabes que se tira a todo lo que se menea.

—Lo sé, pero ¿y sí lo es? ¿Qué pasará? ¿Y con Lucy?

—Lucy no te daría la espalda, ella no es así.

—Lo sé —me incorporé—, pero ¿puedo ser yo tan egoísta para dejar que sufra el abuso de Lisanna por los restos? —se quedó callado. La respuesta era obvia— No puedo. Se merece tener una felicidad completa y si ese crío es mío, conmigo no la tendrá.

—Natsu, hablas como si fueras a dejarla.

—No, pero estoy con la cabeza hecha un lío. Por un lado, no quiero separarme de ella, pero por otro no quiero que se quede a mi lado y sufra. La amo demasiado como para dejar que sufra siempre.

—¿Y esto lo has hablado con ella?

—No, no quiero alterarla. Ojalá pasaran los meses así —chasqueé los dedos—, para saber de una vez de quién es ese bebé, pero por desgracia debo seguir viviendo esta pesadilla.

—No sé qué podemos hacer Natsu...

—Nada, solo nos queda esperar y soportar a esa loca.

No hablamos mucho más, era complicado ver la salida a esta mierda. Nos preparamos para dormir, Gray insistió en dormir en el cochón que había preparado para el suelo y a mí me dejó la cama. Era un gran amigo.

—Gray... —susurré. Ya estábamos a oscuras.

—¿Qué?

—¿Crees que Lucy se enamorará de otro si al final tengo que alejarla de mí?

¡HURACÁN LUCY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora