CAPÍTULO 96 ¡CUÑADO ¿TE COMIÓ LA LENGUA EL GATO?!

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Al siguiente día, Zeref junto a Mavis y los niños se fueron, ellos tenían otros compromisos con la familia de Mavis. Los pequeños hicieron un drama porque no querían irse. Mentiría si no dijera que todos nos quedamos aliviados cuando se fueron. Eran encantadores, pero cansaban un montón. Siempre tenían energía. Tanto nos aliviamos que todos nos tiramos el último día marmoteando por la casa.

Volvimos a la civilización. Quedamos con los chicos que nos veríamos el día de año nuevo después de la media noche. Todos tenían compromisos con sus respectivos familiares, pero tras la cena nos reuniríamos en algún sitio para celebrarlo a nuestra manera. Un poquito de fiesta. Faltaban dos días para año nuevo y mi Luce y yo no nos habíamos visto desde que volvimos de la casa del lago. Hablábamos por teléfono, pero no era lo mismo. Sus padres también habían vuelto de viaje junto a los míos y querían tenerla en casa unos días. Así que a mí me tocaba aguantarme un poquito. Quería darle su espacio y no agobiarla. Ella necesitaba pensar seriamente en lo que le dije de vivir juntos, aunque ella se lo tomó un poco a la broma yo hablaba totalmente en serio. Acepté su propuesta, pero no habíamos vuelto a hablar del tema.

Por fin era año nuevo y hoy la vería. Estaba ansioso y las horas no me pasaban. Como habíamos dicho la cena sería en casa de los Heartfilia, mis padres asistirían, los de Yukino también y por supuesto Sting y ella también. Ya me encontraba en la entrada de la mansión. Virgo me abrió y como no, su típica bienvenida. Me guió hasta la sala dónde había varias personas, de los presentes no conocía a dos de ellos por lo que supuse que serían los padres de Yukino, ella estaba al lado de ellos y eran muy parecidos. Mi madre vino hasta a mí a darme un abrazo y un beso. Mira que hacía apenas dos días que nos habíamos visto.

—Bienvenido Natsu —me dijo Layla.

—Gracias. Feliz Navidad —contesté cortés. Jude se acercó también y me dio un apretón de manos.

—Feliz Navidad —me saludó Jude.

—Igualmente.

—Hijo —dijo mi padre abriéndome los brazos. Esto es un poco vergonzoso, llegó y mis progenitores me quieren abrazar delante de todos. No le negué el abrazo, al menos fue corto.

Tras los arrumacos de mis progenitores me presentaron a los padres de Yukino, eran personas agradables, muy del estilo de mis padres y los de mi Princesita. Se llevaban bastante bien. Alagué a Yukino, estaba muy bonita. Sting, también estaba muy arreglado, más de lo habitual. Es lo que tiene noche vieja que todo el mundo se viste de gala. Lo que lo veía un poco nervioso. No le hice mucho caso, a mí la que me interesaba no estaba presente. Virgo me ofreció una copa de champán la cual acepté. De repente noté una mano en mi culo apretándolo.

—Así que este es el tal Natsu Dragneel —me giré a la chica que me estaba tocando el culo. Era casi idéntica a Yukino. Sorano pensé.

—Y tú debes ser Sori ¿no?

—Eh, tranquilito que yo no te he dado permiso para llamarme así —dijo. De verdad que no me la imaginaba así para nada. Yukino y ella eran como el agua y el aceite. Yukino era recatadita, pero esta era una descocada. Llevaba un vestido que más de uno babearía por ella, abierto casi hasta el ombligo y corto a más no poder. Varios aretes colgaban de sus orejas, maquillaje fuerte, perfume fuerte. Desprendía un aura rebelde.

—Ni yo te he dado permiso para tocarme el culo y lo estás haciendo ¿te importa? —dije un poco molesto. Ella sonrió y me dio una palmada en el trasero.

—Me gusta este chico —dijo con una sonrisa.

—Sori, no asustes al pobre muchacho que no está acostumbrado a ti —dijo Yukino. Sorano rodó los ojos.

¡HURACÁN LUCY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora