CAPÍTULO 18 ¡URGENCIA FAMILIAR!

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—Erza, ¿para qué nos has hecho venir tan temprano? —pregunté con sueño. Erza nos había llamado a mí y a la Princesita para estar en la universidad a las siete de la mañana.

—Sí... tengo mucho sueño —dijo la Princesita. Yo también. Los dos arrastrábamos una gran cara de sueño.

—Bien, estáis aquí para recibir vuestro castigo —dijo Erza.

—¡¿Qué?! —dijimos al unísono la Princesita y yo.

—Os habéis despertado de golpe —dijo Erza riéndose.

—Esperaba que no fuera tan pronto —dijo la Princesita en un suspiro.

—Todavía es pronto para que me conozcas a fondo —dijo Erza con una sonrisa.

—Creo que ya me hago una idea... —dijo decaída la Princesita.

—¿Y bien cuál es el castigo? —pregunté. Erza sonrió.

—¿Veis este gran mural? —preguntó. Nos había llevado a una parte de la universidad en la que había pintado un feo mural en la pared.

—Sí, es horroroso —dijo la Princesita.

—Coincido con ella —dije.

—Bien, pues vosotros os vais a encargar de pintar esta fea pared —dijo Erza.

—¿Eh? —dijimos yo y la Princesita con cara de desconcierto.

—Pues que deberéis pintar toda la pared y posteriormente hacer un bonito mural para la posteridad —nos aclaró Erza.

—¡¿QUÉ?! —dijimos otra vez al unísono.

—¡¿Estas de broma?! —pregunté incrédulo.

—El mural es enorme —dijo espantada la Princesita.

—Pues por eso es un castigo, si fuera fácil no lo sería —dijo Erza.

—Pero... ¿no querrás que lo pintemos ya? Está todo húmedo por la lluvia y no es mejor momento para pintar murales al aire libre —dijo la Princesita. Bien visto, a ver si nos libramos del castigo.

—Eso ya lo sé, solo os estoy avisando de cuál va a ser vuestro cometido. Lo deberéis tener listo para el festival de fin de curso —dijo Erza.

—Preferiría haber seguido en la ignorancia hasta que llegara el momento —dijo la Princesita resignada.

—A mí me da igual, por ahora no hay que pintarlo —dije despreocupado.

—No sabes lo que dices, esto es la tortura que precede al castigo —dijo la Princesita. La miré confundido.

—No entiendo. ¿Por qué una tortura? —pregunté.

—Natsu, ahora nos tiene cogidos por donde quiere, cualquier fallo, error o cosa que hagamos mal nos va a amenazar con enviarnos al mural —me contestó la Princesita. Erza sonrió diabólicamente.

—¿Eso es cierto? —pregunté asustado. Erza asintió.

—Lucy es mucho más inteligente que tú, lo ha pillado a la primera —dijo Erza con una sonrisa de superioridad.

—¿Y eso qué implica? —pregunté. Erza volvió a sonreír diabólicamente.

—Que os puedo llamar un sábado, un domingo incluso que os quedéis después de clase para trabajar en el mural —contestó Erza.

—Eres malvada —le dije a Erza.

—Y vosotros unos transgresores de las normas —dijo Erza— Ale, ahora a clase —nos ordenó.

¡HURACÁN LUCY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora