CAPÍTULO 130 ¡ES DE ERZA!

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—¡Muchas gracias parejita! —le extendí un billete a nuestro vendedor favorito.

—¡Gracias a usted! —dijo una risueña Lucy.

—Creo que esto es lo mejor de la vida —cogí un trozo de ese dulce que, para ser sinceros, a mí también me estaba encantando y extrañamente también me calmaba.

—¿Verdad? —dijo Lucy metiéndose un trozo de algodón de azúcar en la boca. Lo saboreó con una sonrisa.

—Rectifico, esto es lo mejor de la vida —besé su mejilla—. Verte sonreír —sonrió más ampliamente. Suspiré, me tenía totalmente encandilado con esa sonrisa.

—Si tú lo dices, será verdad —dijo sonriendo.

—¡¿Pero bueno?! ¿Desde cuándo aceptas así los cumplidos? —rio por mi actuada sorpresa.

—Pues acostúmbrate porque los voy a aceptar. ¡Todos! —dijo con la cabeza bien alta. Me hizo reír. Le hubiera quedado muy digno si no fuera porque se acababa de meter otro trozo de algodón en la boca y parecía una niña con un caramelo, bueno lo era. Tomé un pedazo de ese dulce tan rico e imité su acción. Lo saboreé con una sonrisa. Se me quedó mirando— Te gusta ¿eh?

—Mucho. Tengo una curiosidad —dije mientras caminábamos por el parque y comíamos ese delicioso dulce.

—Qué raro, ¿tú teniendo curiosidad? —dijo divertida. Reí.

—Sí, muy curioso ¿verdad? —rio por mi respuesta. Había sido una buena idea saltarnos las clases y pasar tiempo solos. Nos hacía falta una salida así y despejarnos un poco.

—Dime, ¿qué es esa curiosidad?

—¿Por qué algodón de azúcar? ¿Hay alguna razón en especial por la que este dulce te calme?

—Mmm... —se quedó pensando— Pues no lo sé. Solo sé que esto me ha calmado de siempre.

—Entiendo —dije haciéndome el interesante.

—¿Qué entiendes?

—Está claro —me miró confundida—. Seguro que es por mí y mi precioso cabello, quedaste impactada de mí de pequeñita y debiste probarlo por curiosidad y de ahí te encanta el algodón de azúcar, al igual que te encanto yo —me miró con la boca abierta—. Y si no me crees, intenta pillarme —le arrebaté el poco algodón que quedaba en el palo y me eché a correr.

—¡Oye! —reí mientras ella me perseguía. No la hice correr mucho. Justo cuando estaba a punto de alcanzarme, me giré y la paré con mis brazos. Me miró con el ceño fruncido— ¡Egocéntrico! ¡Creído! —reí y me metí la mitad del trozo de algodón en la boca, esperando que ella comiera el resto y así poder besarla. La empujé un poco contra mí para que lo hiciera, sonrió y acercó sus labios al algodón. Lo comió despacio haciéndome esperar por el beso que quería desde hacía rato. Por fin, llegó a mis labios. Entrelacé mi mano en su nuca y profundicé el beso. Abrió la boca y nuestras dulces lenguas juguetearon. Junté nuestras frentes.

—Te amo Princesita.

—Y yo a ti Feo Dragon.

{...}

Recibimos un mensajito cariñoso de Erza. Nos mataría por habernos saltado las clases, pero ya lidiaríamos con eso mañana. Los demás por el grupo que teníamos por WhatsApp nos llamaban calenturientos, lujuriosos y más burlas por habernos ido así. Reímos por las insinuaciones graficas de Gajeel.

—¿Ya has terminado? —pregunté. Se metió la última cucharada de helado en la boca.

—Ahora sí —contestó con una sonrisa.

¡HURACÁN LUCY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora