CAPÍTULO 158 ¡NO ME PONGAS MÁS HISTÉRICO!

72 10 6
                                    


—¿Quieres que me quede contigo? —pregunté a Lucy. Tras dos días en el hospital le dieron el alta y la llevamos a la mansión Heartfilia. Happy no se separaba de Lucy desde que lo habíamos llevado junto a ella.

—No, tranquilo. Estaré bien —sonrió acariciando a Happy que se había instalado en el vientre de Lucy. No se había movido de ahí desde que Lucy lo tomó en brazos.

—¿Segura? —asintió, pero no me miraba a mí. Solo miraba a Happy con una tierna sonrisa. Me acerqué a ella para besarla y Happy me gruñó— ¿Me acaba de gruñir? —Lucy soltó una pequeña risita.

—Creo que sí.

—Voy a besarte aun a riesgo de que me muerda —volví a acercarme a ella, pero esta vez no gruñó. La besé cortamente—. Te veo mañana ¿Vale? —Lucy asintió. Antes de separarme totalmente de ella, Lucy me tomó del cuello y me acercó de nuevo a sus labios, besándome con intensidad.

—Natsu... —apoyó su frente sobre la mía— quiero que sepas que pase lo que pase yo siempre te amaré.

—Y yo a ti, pero ¿por qué dices eso ahora y de esa manera?

—Solo no lo olvides. No olvides que te amo mucho. Muchísimo.

—Y yo a ti —la tomé de las manos separándola de mí para mirarla a los ojos— ¿Pasa algo?

—Solo que te quiero mucho Feo Dragón —sonrió.

—Yo también te quiero mucho Princesita, pero... ¿por qué me da la sensación de que te estás despidiendo de mí?

—Porque así es. Te estás yendo —sonrió de nuevo. Con pesar me levanté de su cama.

—Hasta mañana Princesita.

—Hasta mañana Feo Dragón.

No sé por qué, pero tenía un mal presentimiento. Algo no me había gustado de la despedida y Lucy estaba un poco rara. De hecho desde el abrazo de Juvia y Lucy, las cosas estaban un poco raras, es como si Gray y ellas supieran algo que los demás no, esa era la sensación que me daba a mí. No quise darle más vueltas, lo importante era que Lucy estaba bien y no había tenido consecuencias graves la caída. Eso sí, Lisanna me las iba a pagar todas juntas, pero como me había dicho mi padre, tenía que actuar con mente fría. Hacerla creer que la aceptaba y la hundiríamos, social y personalmente.

Quise pasar a recoger a Lucy para ir a la universidad, pero no quiso, iría con Gray y Juvia. Al llegar Juvia no se separaba de Lucy ni por asomo, la trataba con mucha delicadeza, no me sorprendía. Todos teníamos miedo de que se mareara y cayera sin darnos cuenta. Las chicas se acercaron más a ella, como protegiéndola en cuanto Lisanna apareció en la universidad. La miré con mucho odio, en cuanto ella se giró cambié mi semblante, me sonrió y le devolví el gesto. Esa zorra se iba a arrepentir de lo que había hecho.

Las clases pasaron sin mayor problema, Juvia y Levy eran las guardaespaldas de Lucy, allá dónde iba, ellas detrás. La hora del almuerzo llegó y como siempre me dirigí a la misma mesa, donde ya estaban los chicos y Erza. Lucy y las otras dos aún no habían llegado.

—¡Buenos días, ¿qué tal?! —respiré hondo antes de girarme a ella. Con toda mi calma posible la saludé.

—Buenos días Lisanna, ¿cómo estás? —se sorprendió un poco por mi actitud, pero sonrió.

—Bien, gracias. Te he echado de menos, no has contestado a mis llamadas —se acercó a mí agarrándose del brazo.

—Lo siento, he estado un poco liado con trabajos de clase —mentí.

¡HURACÁN LUCY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora