—¿Me puedes decir en qué momento hemos acabado separados? —preguntó la Princesita. Estábamos hablando por teléfono.
—Eso mismo me pregunto yo —contesté. Después de la entretenida cena, no sabemos cómo, pero las chicas se fueron con la Princesita y los chicos y yo por otro lado. Y aquí tenía a estos tres idiotas que me habían separado de mi chica. Los cuatro estábamos en mi apartamento. Ellos tirados en los sofás dormidos y yo en mi habitación hablando con la Princesita.
—Jolines, siguen separándonos —dijo. Sonaba molesta.
—No te enfades preciosa.
—Sí me enfado, yo quería dormir contigo. No con estas tres —dijo. Sonreí.
—Mmm..., antes del beso te ibas a ir sola —silencio. Se quedó callada.
—Tonto, hoy te las estás ganando todas —reí por lo bajo. Me encantaba molestarla.
—Lo siento.
—Y también pides mucho perdón —dijo riendo.
—Sí, la verdad es que hoy me la he pasado pidiéndote perdón.
—Un poquito sí —dijo divertida. Supongo que esto viene en el lote de tener una pareja.
—Mañana podremos vernos.
—Eso espero, porque estas decían de volver al centro comercial a comprar ropa.
—¡¿Otra vez?!
—Sí... otra vez. Menuda energía la de Erza y Levy con las compras —dijo la Princesita.
—Parece que a ti no te emociona mucho ir de compras.
—No me desagrada, pero pasarme horas y horas recorriendo tiendas y probarse tropecientos modelitos como que no. Soy más de ir a tiro fijo.
—Tienes las cosas claras.
—Sí, muy claras —dijo. Eso sonaba como a doble sentido. Sonreí. Resoplé— ¿Qué pasa?
—Me he acordado del sexy vestido que llevabas y que no te he podido quitar...
—Mmm... ¿quieres quitármelo Nene? —su voz sonaba sensual.
—Por supuesto que sí —contesté con su mismo tono.
—Cierra los ojos... —susurró. ¿Qué estará tramando?
—¿Qué cierre los ojos?
—Sí, hazme caso.
—Está bien —cerré los ojos.
—Bien Nene, juguemos un poquito —su voz sonaba tremendamente sensual y a mí me bastaba poco para encenderme con ella.
—Juguemos... —susurré. Sabía que ahora mismo estaría sonriendo. Mi pequeña traviesa.
—Visualiza mi silueta, conoces cada parte de mi cuerpo, lo has tocado con esas manos fuertes y grandes que me queman al tacto. Me encienden solo con un roce tuyo —tragué duro, su voz me estaba trasportando a una parte perversa de mi mente—. Siente como tus manos recorren mi cuerpo, cada línea, cada curva, mi delicado cuello que tanto te gusta morder...
—Nena... —podía imaginármela aquí conmigo.
—Tus labios recorriendo mi cuello, mientras te embriagas de mi aroma, ese aroma que te vuelve loco.
—Me estás volviendo loco...
—Siente mis labios sobres los tuyos, fundiéndose en un caliente beso, nuestras lenguas entrelazadas jugueteando. Mis manos recorriendo tus fuertes brazos hasta enredar mis dedos en tu alborotado cabello. Siente mis caricias.
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¡HURACÁN LUCY!
Lãng mạnQuien le diría al joven Natsu Dragneel, que su tranquila vida de mujeriego iba a dar un giro de 360º. ¿Y por qué razón? Ella. Según él, una pija malcriada de lengua viperina y mirada venenosa. Había llegado el ¡Huracán Lucy! Fecha de inicio: 08/01/2...