Había sido un fin de semana genial con Lucy y los niños. Después de un domingo entretenido jugando por el parque con ellos, los acompañé al aeropuerto. Debían volver y Lucy haría el viaje de ida y vuelta otra vez. Quise acompañarla, pero se negó. Habíamos tenido un acercamiento y eso me alegraba enormemente. Me sentía más seguro con todo lo que estaba pasando, más animado, pero todo mi ánimo se vino al suelo al llegar el lunes y volver a la misma situación. Lucy me ignoraba y eso me mataba.
—Espero lo hayas pasado bien el fin de semana —la voz de Lisanna me sacó de mis pensamientos.
—¿Y ahora qué quieres? —pregunté molesto. Odiaba estar cerca de ella. Tenía que venir a fastidiar mi momento de paz. Tenía una hora libre y estaba tranquilamente en un banco del campus intentando dibujar algo.
—Te dije que te mantuvieras alejado de ella.
—No cumplo ordenes, y además te advertí que dejaras de vigilarme. No es asunto tuyo lo que yo haga.
—¿Quiénes eran esos niños? —la miré incrédulo. ¿De verdad me estaba siguiendo todavía? Sí, era evidente.
—No es asunto tuyo.
—Aw, que tierno —fruncí el ceño—, ¿estabas practicando para cuando venga nuestro bebé? —no quise entrar al trapo, era absurdo y un desgaste de energías inútil— Parecíais muy felices los cuatro. Supongo que eran familiares de ella. El pequeño se parece mucho a ella.
—¿A qué has venido Lisanna?
—Mmm... solo quería pasar tiempo con mi futuro marido, hace días que no hablamos y creo que va siendo hora de que nos conozcamos mejor.
—Te conozco lo suficiente y no sueñes con que seré tu marido. Ni loco me caso contigo.
—Eso lo veremos —sonrió maliciosamente. Negué con la cabeza. Era insoportable—. Estas vacaciones sería un buen momento para conocernos mejor, para que nuestras familias se relacionasen. Podríamos organizar una cena todos juntos.
—No vamos a organizar nada. Mis padres se van de viaje —mentí. No iba a decirle que yo era el que me iba, capaz que me seguiría. Mierda, si ella me estaba aún vigilando debería deshacerme de ellos, no quería que supiera donde me iba.
—Oh, bueno en ese caso puedes venir a casa. Mi madre estará encantada de tenerte allí —ni loco.
—Lisanna, si eso era todo lo que me querías decir puedes marcharte —estaba cansado de su presencia.
—¿Eso es que vendrás? —se emocionó.
—Sí, y pasaremos una velada agradable. Hablaremos de nuestro futuro y de ese pequeño que viene en camino —no te jode. Está loca si cree que voy a ir.
—¡Ay, Natsu, por fin has entrado en razón! —gritó emocionada y me abrazó. La aparté enseguida— ¡Voy a prepararlo todo, verás que bien lo vamos a pasar, por fin estaremos juntos! —estaba muy contenta. Bah, que crea lo que quiera, sino ha notado mi ironía es que es muy tonta— ¡Nos vemos más tarde cariño! —gritó y antes de que pudiera reaccionar me dio un beso en la mejilla. Se fue corriendo.
—Estúpida loca —espeté mientras me limpiaba la mejilla de su brillo de labios.
—Pues para ser estúpida bien que te ha atrapado —esa voz. No por Dios, ¿ahora tenía que lidiar con este?
—¿Qué quieres Star?
—¿Yo? Nada, solo pasaba por aquí y ya que estaba, regodearme en tu miseria —lo fulminé con la mirada—. Esto es una ventaja para mí, Lucy ya ni te da la hora, era evidente que tu desliz no lo pasaría por alto y más si hay un bebé en camino.
ESTÁS LEYENDO
¡HURACÁN LUCY!
RomanceQuien le diría al joven Natsu Dragneel, que su tranquila vida de mujeriego iba a dar un giro de 360º. ¿Y por qué razón? Ella. Según él, una pija malcriada de lengua viperina y mirada venenosa. Había llegado el ¡Huracán Lucy! Fecha de inicio: 08/01/2...