¡Maldita zorra! ¡¿Me tiene vigilado?! No pude ni contestar, colgó antes de que pudiera decir nada. Miré a mi pequeña. Con dolor y rabia salí de la cama. No podía arriesgarme. Esa loca sería muy capaz. Dudé si en despertarla o no. Estaba tan tranquila y relajada que no tuve el valor de despertarla. Le escribí una nota para que no se preocupara. Muy a mi pesar salí de su habitación, no sin antes darle un beso en la frente.
Cuando salí a la fría noche no pude evitar mirar a todos lados. Buscaba a esa loca, pero nada. No había nadie. Estaba inquieto. Me preocupaba que le hicieran algo a mi pequeña. Me senté en mi coche. Saqué mi teléfono, era tarde, muy tarde. La una de la madrugada. Marqué un número de teléfono y esperé. Lo despertaría seguro, pero no quería arriesgarme a que le pasase algo a ella.
—¿Sí...?
—Sting, siento despertarte.
—¿Natsu? —tenía la voz adormilada.
—Sí.
—¡¿Le ha pasado algo a Lucy?!
—No, tranquilo. Está bien.
—¿Entonces qué pasa? Que me llames a estas horas debe ser algo urgente.
—Sí, bueno. Supongo que estas al tanto de la situación con lo de Lisanna.
—Lamentablemente sí. ¿Necesitas hablar de ello? ¿Por eso me llamas? —me hizo sonreír. En ese aspecto era como Lucy, podría escucharte sin importar la hora.
—No, quería pedirte algo.
—¿El qué? —suspiré.
—Un número de teléfono.
—Ya, entiendo —fruncí el ceño. ¿Sabía qué teléfono le iba a pedir? —. Tranquilo, ahora te lo paso, pero déjame decirte que ya la está vigilando.
—¿Qué? ¿Cómo?
—Vamos Natsu, ¿creías que nos íbamos a quedar de brazos cruzados después de que casi la ahogan en nuestra propia casa? No, claro que no. Desde entonces tiene vigilancia, aunque ella no lo sabe.
—Vaya... —no sabía que decir.
—Sí, vaya. Así que, si me estás llamando para pedir el teléfono de Tauro, es porque no te fías ni un pelo de que le puedan hacer algo.
—No, no me fio. Esa loca me tiene vigilado y ni cuenta me he dado.
—De eso se trata, de que te vigilen sin que te des cuenta. No temas por ti tampoco, tu padre seguro que tiene vigilancia sobre ti.
—Por mí no me preocupo. No quiero que le pase nada a Lucy.
—Tranquilo, ahora mismo hay dos personas custodiando su apartamento. No le pasará nada.
—Me quedo más tranquilo. Gracias Sting.
—No hay de que, te paso el número por si tuvieras que llamarle.
—Gracias de nuevo. Buenas noches.
—Buenas noches cuñadito —lo dijo en tono de burla. Me hizo sonreír.
Cortamos la llamada y al instante recibí el número de Tauro. Me fastidiaba tener que pedirle ayuda a Tauro, pero sabía que no se negaría, él la protegería al igual que yo, de hecho, ya lo hacía. Marqué su número. Esperé el tono. Al segundo descolgó.
—Dragneel —dijo. Me sorprendió que supiera que era yo.
—Hola Tauro, quiero...
—No se preocupe —me interrumpió—. No hace falta que me pida que la proteja, lo haré, ya lo hago. Puede marcharse tranquilo, tenemos la zona controlada.
ESTÁS LEYENDO
¡HURACÁN LUCY!
RomanceQuien le diría al joven Natsu Dragneel, que su tranquila vida de mujeriego iba a dar un giro de 360º. ¿Y por qué razón? Ella. Según él, una pija malcriada de lengua viperina y mirada venenosa. Había llegado el ¡Huracán Lucy! Fecha de inicio: 08/01/2...