Gray y yo nos dirigimos a la piscina y sentimos las miradas de las féminas del lugar.
—Hola guapos, ¿estáis solos? —dos chicas se acercaron a nosotros. No estaban mal. En otras circunstancias hubiéramos dicho que sí de cabeza, sin pensarlo demasiado.
—Dos chicos tan guapos no pueden estar solos. Os haremos compañía —dijo la otra chica mirando a Gray.
—Lo siento, estamos con unos amigos —dijo Gray, continuó caminando y yo lo seguí.
—Pero podemos pasarlo bien todos juntos —las chicas nos siguieron.
—Va, no seáis malos —dijo una de las chicas cogiéndose del brazo de Gray.
—Sí, dejadnos ir con vosotros —la otra chica se agarró de mí, en un no muy disimulado coqueteo.
—Lo sentimos, pero nuestras chicas nos esperan —dije.
—Oh, eso no es problema. Somos jóvenes, hay que divertirse —la chica me guiñó el ojo. Intenté zafarme de su agarre, pero me sujetó más fuerte, enterrando mi brazo en sus pechos, estaba intentando refregarse más a mí. Ay mierda, si Lucy aparece se va a enfadar. Miré a Gray y estaba en la misma tesitura que yo.
—Gracias, pero quizás en otra ocasión —dijo Gray. ¿Cómo que otra ocasión? Como te escuche Juvia te mata. De pronto sentí como si alguien nos observaba. Busqué con la mirada. Oh, oh... justo en este momento ¡¿en serio?!
—Lucy y Juvia... —murmuré. Gray me escuchó y giró su cabeza en la dirección que miraba.
—Ay, mierda... —dijo Gray. Juvia nos estaba matando con la mirada. No sabía cómo nos miraba Lucy, puesto que llevaba puestas unas gafas de sol. La recorrí con la mirada. Joder, como estaba la niña y eso que aún no la veía con el bikini. Llevaba una camisola blanca que cubría su cuerpo. Ejercí más fuerza y me deshice del agarré de la chica.
—Lo siento, tengo compañía —le dije a la chica.
—Lo mismo digo —dijo Gray deshaciéndose de la chica. Se molestaron y largaron soltando improperios hacia nosotros. Miramos a Lucy y a Juvia. Caminaron hacia nosotros, ya me veía la bronca.
—Lucy/Juvia —dijimos a la vez, pero las chicas pasaron de nosotros. Nos ignoraron, pasando de largo.
—Genial... —dijo Gray.
—Están enfadadas...
—Que avispado Flamitas —dijo molesto.
—Oye, no lo pagues conmigo, que yo también he sufrido la ignorancia. Y estoy peor que tú. Tú al menos habrás tenido tus magreos con Juvia, yo ni siquiera eso. Todo el rato nos interrumpen —dije molesto.
—Eh... lo siento tío —me dio una palmadita en el hombro—. Bueno, vamos a ver si nos perdonan.
—Sí, vamos...
Llegamos a la piscina, Levy y Gajeel ya estaban en el agua jugando. Erza estaba tumbada mientras Jellal le daba un masaje con crema, se la veía muy relajada y tenía otro "zumo de fresa" a un lado. Juvia y Lucy estaban en otras dos hamacas apartadas, se habían tumbado sin quitarse esa camisola que las cubría. Ya todos los babosos del lugar las miraban. Dos tíos se estaban acercando a ellas.
—Les parto la cara... —murmuramos Gray y yo. Nos miramos, asentimos. Fuimos hasta donde estaban las chicas. Las dos con el mismo movimiento, nos miraron por encima de las gafas, se las acomodaron y volvieron su vista al frente, ignorando a los chicos que estaban diciéndoles cosas.
—¿No tenéis a otras a las que ir a comerles la cabeza? —les soltó Lucy molesta.
—Eres un poquito borde, pero lo guapa que eres se te puede perdonar —dijo el chico que estaba interesado en Lucy.
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¡HURACÁN LUCY!
RomansaQuien le diría al joven Natsu Dragneel, que su tranquila vida de mujeriego iba a dar un giro de 360º. ¿Y por qué razón? Ella. Según él, una pija malcriada de lengua viperina y mirada venenosa. Había llegado el ¡Huracán Lucy! Fecha de inicio: 08/01/2...