—Estás fatal —dijo cuando abrió la puerta—. No creí que estuvieras tan mal —lo miré confundido.
—Qué... ¿Qué haces aquí?
—Cierta rubia me ha dicho que estarías aquí —no lo pude evitar y me empezaron a caer lágrimas de nuevo. Me miró con lástima.
—Me ha dejado Gray... —frunció el ceño.
—No te ha dejado, idiota.
—Sí, lo ha hecho... —hablaba entre sollozos.
—Venga, tío, no llores —se agachó a mi altura y puso su mano en mi hombro para consolarme—. En serio, Lucy no te ha dejado. La situación con esa loca no es la mejor, al final Lucy ha visto que lo mejor es mantenerse alejada del todo, hasta que las aguas se calmen. Ella te ama, no sería capaz de dejarte —negué.
—Sí, dijo que lo nuestro quedaría en un bonito recuerdo si la situación se hacía permanente.
—No lo ha dicho de verdad. Seguro que solo ha querido hacerse la fuerte.
—¿Y sí al final es así? ¿Solo seremos un bonito recuerdo?
—No seas tan pesimista. ¿Te rendirías tan fácil? ¿Dejarías escapar a la mujer que amas por una loca? —negué.
—No, no me rendiría. Lucharía por ella hasta el final.
—Entonces no tienes motivos para llorar, así que venga, Reina del drama, deja de llorar y vayamos a tomar algo como hombres —me limpié las lágrimas y lo miré con el ceño fruncido.
—No soy ninguna Reina del drama —se echó a reír.
—No, claro que no. Tu cara no dice lo mismo.
—¿Has venido a consolarme o a machacarme? —me quejé.
—Un poco de ambos —lo miré y me sonrió.
—Eres muy frio ¿lo sabías? Pobre Juvia, ahora la entiendo un poco mejor.
—Tío, no lo digas así que parece que tenemos algo. Agh, si esas dos nos oyeran seguro que se burlarían de nosotros —sonreí. Sí, probablemente lo harían—. Eso está mejor, una sonrisa. Me gusta el Natsu sonriente —sonrió.
—¿Estás diciendo que te gusto?
—¡Idiota! —se molestó y reí— Anda, échate a un lado yo conduzco.
Gray condujo hasta nuestro club favorito. Hacía tiempo que no veníamos por aquí.
—Pero vaya ¿a quién tenemos aquí? Los dos solteros de oro —nos saludó Cana. Sonreímos y nos sentamos en la barra— ¿Lo de siempre?
—Sí, gracias Cana —dijo Gray.
—Marchando dos cervezas bien cargadas —dijo sonriendo. Cana nos preparó las cervezas y nos las puso enfrente— ¿Qué tal las chicas? ¿Os han dado ya la patada? —rio por su comentario. Un poco desafortunado dada mi situación.
—No, todavía nos soportan —contestó Gray.
—Bien, bien, me alegro —Cana me miró— ¿Estás bien? Te veo triste.
—Tranquila, una pequeña riña de novios. Ya sabes —contestó Gray por mí.
—Oh, entiendo. Pídele perdón, es lo mejor en estos casos —dijo Cana.
—Gracias por el consejo —dije decaído. Ya lo había hecho.
—Venga hombre, no pongas esa cara. Esta invita la casa, a ver si así te sube el ánimo.
ESTÁS LEYENDO
¡HURACÁN LUCY!
Lãng mạnQuien le diría al joven Natsu Dragneel, que su tranquila vida de mujeriego iba a dar un giro de 360º. ¿Y por qué razón? Ella. Según él, una pija malcriada de lengua viperina y mirada venenosa. Había llegado el ¡Huracán Lucy! Fecha de inicio: 08/01/2...