CAPITULO 5 ¡NO PUEDO CONQUISTARLA!

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'Tú en tu casa y yo en la mía.' Recordé las palabras de la Princesita y luego se fue en busca de su caballero de blanca armadura para que la llevase a casa sana y salva.

El timbre volvió sonar. ¿Quién narices es? Me levanté. Por el camino hacia la puerta, volvió a sonar el timbre insistentemente.

—Ya va, ya va —dije exasperado.

—Quién diabl... —corté mis palabras cuando abrí la puerta con fuerza y vi quien era.

—¡Mamá! ¿Qué haces aquí? —pregunté. Gracias a Dios que la erección me había bajado por completo. Sino hubiera sido una situación muy vergonzosa.

—¿Qué pasa? ¿una madre no puede visitar a su hijo? —preguntó ofendida.

—Sí, claro que sí. —contesté con resignación.

—Además, ¿Qué haces todavía en pijama? ¿No has visto que hora es? Es hora de comer —dijo— ¿Estuviste de juerga? —preguntó.

—Estuve con mis amigos... —contesté.

—De juerga —sentenció— no me mientas Dragneel, que soy tu madre y recuerda que yo también tuve tu edad.

—Sí, de juerga...—dije como un niño bueno. Ahora vendría la regañina.

—Bien, bien, tienes que disfrutar de tú juventud —dijo.

—¿No estas enfadada? —pregunté sorprendido.

—Por supuesto que no. Es lo que hacen los chicos de tu edad, si no lo haces ahora ¿cuándo lo harás? ¿a mi edad? —dijo alegremente. ¡Alto! ¿Quién es esta y que han hecho con mi madre?

—¿Por qué tan alegre? —pregunté curioso.

—Arréglate, te invito a comer y te lo cuento —dijo sonriente.

{...}

Tras la comida con mi madre entendí porque estaban tan contenta. Su mejor amiga, aquella que se fue hace unos años, había regresado. ¡Benditas amistades! Tras su encuentro han decidido asociarse para expandir más el negocio de su amiga aquí. Mi madre está encantada, ya que le gusta mucho la moda y la empresa es de diseño y moda. Me contó que se había marchado por el bien de su hija, ah sí, tiene una hija de mí misma edad y aprovechando el viaje abrió una sucursal de su negocio en París. ¿Curioso verdad? La Princesita también ha estado viviendo allí.

Estaba terminando de prepararme, ya pronto sería la hora en que Gray pasaría a recogerme para ir a la cita con las chicas de esta noche. Y de verdad que necesitaba desfogarme después del excitante sueño que había tenido con la Princesita. Habíamos quedado en el club dónde las conocimos. Gray y yo solíamos ir a varios clubs de la ciudad. Luego de unas copas acabaríamos en el apartamento. Lo curioso era que nunca habíamos llevado allí a ninguna chica de la universidad, siempre han sido conquistas de algún que otro club, es extraño ya que la mayoría de nuestras conquistas son chicas de la universidad. Supongo que ya no importa, hoy era la última noche que haría uso del apartamento. Os preguntaréis sino nos da vergüenza estar en una misma casa a pocos metros manteniendo relaciones. Pues no, no teníamos vergüenza, cada uno iba a lo suyo y las habitaciones del apartamento estaban muy bien insonorizadas, no se escuchaba absolutamente nada con la puerta cerrada. Era un apartamento de alto standing.

Recibí un mensaje en mi móvil.

—Baja —Era Gray. Cogí mi chaqueta, cartera y llaves. Cerré la puerta de mi apartamento y bajé.

—¿Qué hay? —saludó Gray cuando me metí en su coche. Habíamos decidido ir con el suyo ya que era más grande, un Range Rover negro, así cabríamos lo cuatro perfectamente.

¡HURACÁN LUCY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora