Joaquin Phoenix - Imaginas & One Shots

Video - Leonard Kraditor

De Two Lovers (2008)
Un lindo smut para pasar la tarde del sábado ;D

Si bien la gran mayoría de la población en Nueva York estaba vacunada, aún había muchos contagios por Coronavirus en el día.

A tí te habían dado el turno de vacunación la semana próxima, y cómo eras freelancer, decidiste no salir mucho esos días de tu departamento.

Tus padres habían muerto hacía varios años, y te habían dejado el lugar en el que habían vivido desde que llegaron de Europa en herencia.

Era un departamento bastante grande: tenía una sala de estar inmensa, la cocina, el comedor que era prácticamente del mismo tamaño, y dos habitaciones, con dos baños.

Cuando te mudaste desde San Francisco, no sabías realmente si ocuparlo. Tal vez debías venderlo, y comprar algo más chico con el dinero, plus que de seguro te iba a sobrar.

Pero justo comenzó la pandemia, y acababas de llevar tus cosas allí. Te encariñaste con el lugar, recordando a tus padres y a los buenos tiempos cuando vivías allí, y finalmente te quedaste.

Ahora estabas tirada en tu sofá. Acababas de terminar tus cuentas diarias. La venta de ropa de forma online te había hecho ganar bastante bien.

Y estabas aburrida, a decir verdad. Hacias zapping casi sin pensar en lo que pasaba en la pantalla del televisor. Tu cabeza estaba en Jacob en ese momento.

Jacob era tu ex. Se había separado de tí unos meses antes de que te mudaras a San Francisco. El caso es que habían peleado, y él te dijo que no iba a mudarse por tí. Te fuiste sola.

Y ahora que habías vuelto, tres años después, comenzaste a pensar en él. ¿Lo extrañabas? No, no a él, al menos no a su persona.

Extrañabas su cuerpo, su esencia. Extrañabas la forma en que hacía el amor contigo. Extrañabas tocar sus marcados músculos formados por el futbol americano. Extrañabas su cabello rubio, y tocar su barba.

Pero no. No lo extrañabas a él. Era un tarado egocéntrico a quien le gustaba verse al espejo diariamente, y admirarse a sí mismo. No es que no fuera guapísimo. Pero esa personalidad de mierda le quitaba puntos.

Al carajo con Jacob, pensaste. No podías estar recordando a ese imbécil ahora. Era viernes, debías matar el tiempo ese fin de semana.

Pensaste en prender otra vez la computadora y jugar algún videojuego. Pero no, no tenías ganas de estar sentada. Querías estar allí, en el cómodo sofá de chenille de tres cuerpos, prácticamente tirada.

Revisaste Instagram un poco. Perdiste una media hora en ello, casi sin darte cuenta. Cerraste la aplicación, mirando la televisión. Estuviste a punto de apagarla, cuando se te ocurrió mandarle un mensaje a Leonard, tu vecino y amigo, para pedirle unos DVDs.

Leonard. Lo habías extrañado mucho estando en San Francisco. Tal vez podías invitarlo a comer una pizza esa noche. Prácticamente no lo habías visto desde que te mudaste.

Abriste WhatsApp y buscaste el número de Leonard. Era muy divertido ver su foto de perfil, pues había puesto una conocida foto algo movida de un hamster que parecía gritar asustado.

Te hizo reír. Siempre lo hacía. Leonard tenía un sentido del humor muy amplio, desapegado de su religión. Su familia era judía, pero no ultra ortodoxa. Por lo que aprendió a tomarse las situaciones diarias con más desapego y tranquilidad.

Además, el humor era un buen recurso para saber si él estaba bien. O si estaba en una etapa depresiva. Solía pasar. Incluso debía tomar un par de medicamentos para ello.