Scars - Joe

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De You Were Never Really Here (2017)
Basado en o̶t̶r̶o̶ ̶d̶e̶ ̶e̶s̶o̶s̶ ̶s̶u̶e̶ñ̶o̶s̶ ̶m̶í̶o̶s̶ hechos reales ahre.

Algo que Joe odiaba era matar animales.

Pero no le había quedado otra opción. El pastor alemán corrió hacia él con los ojos rojos de ira, mostrándole los dientes, su saliva saltando por doquier.

Esos hijos de puta nunca dejaban de sorprenderlo a la hora de encontrar nuevas formas de atacarlo.

Había ido a hablar con Ángel, quien guardaba el dinero que ganaba por los trabajos. Era tarde por la noche, pero de paso conseguía algo de comer para ti y para él.

Tan sólo salir del local, se adentró en un callejón, y vió cómo el tipo le atacó con un cuchillo. No llegó a dañarlo, era obvio. No sabía con quién se metía.

Joe lo golpeó tan fuerte que el tipo cayó rendido al suelo. Escasos segundos bastaron para que su perro se abalazara sobre Joe, sin hacer que éste cayera.

Sintió cómo los dientes se hundieron en su hombro izquierdo. Reprimió el grito, luchando por lanzar al animal a un costado, y salir corriendo.

El pastor alemán soltó su hombro sólo para adentrar sus filosos colmillos en la carne de su bicep, atravesando también su tricep.

Ahora si, gritó.

Tomó al animal del cuello, intentando ahogarlo. No lo lograba. El perro también luchaba, y cuando Joe finalmente cayó al suelo, intentó morderle la cara mientras lo rasguñaba en el pecho y el abdomen con garras que uno pensaría que no eran de un perro, sino de un tigre.

Joe intentó a duras penas patearlo. Alcanzó a empujarlo lejos de sí, solo para que éste lo mordiera una tercera vez en el antebrazo y la mano izquierda. Allí vió el momento. Y le atestó una patada muy fuerte en el hocico, aturdiéndolo.

Eso lo hizo enojar aún más. Pero Joe tomó ventaja, y cuando el animal quiso volver a atacarlo, le rompió el cuello.

Se quedó sentando, tomando aire. El dolor en todo el lado izquierdo de su cuerpo era terrible, de lo peor que había sentido. Y eso que había sido torturado en la guerra.

Acto seguido le dedicó una mirada de odio al sujeto, quien observaba a su perro muerto. Joe se puso de pie. Y pateó ferozmente el abdomen del tipo, por haber criado así a un animal inocente.

Luego se puso su campera y la capucha, y se fue caminando por el callejón hasta una calle principal. Estaba sangrando, pero la noche y la ropa oscura ocultaban todo.

Tomó un taxi, sabiendo que el viaje le llevaría al menos una hora. Era obvio. Te había alejado lo más que pudo de los tipos de los que te rescató.

Mientras viajaba, el conductor comenzó a cantar. Joe se tomó el hombro, intentando apaciguar el dolor. Sólo separó los dedos un segundo de su brazo, para ver la sangre en sus dedos. Ese perro si que le había dado pelea.

Le pagó al conductor el doble de la tarifa. El tipo se fue feliz. Bajó del taxi varias cuadras antes, y caminó rápidamente hasta el hotel.

El conserje estaba dormido. Joe le restó importancia, aliviado al saber que nadie lo había visto. Subió las escaleras hasta llegar a la habitación.

Entró en sumo silencio, viendo que dormías. Se quitó la campera, y muy lentamente la camiseta que llevaba debajo mientras se dirigía al baño.

— ¿Joe? — se oyó tu voz en un susurro.
— Vuelve a dormir. — dijo a medio camino, viéndote en la oscuridad. — No pasa nada.
— ¿Todo está bien?

Joaquin Phoenix - Imaginas & One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora