Joaquin Phoenix - Imaginas & One Shots

Black Room - Max California

De 8mm (1999)

La filmación de peliculas pornograficas que incluían bondage eran las que más amabas hacer.

No solo te divertías, sino que te excitaba mucho más tener a alguien a tú merced. Y ahora que tenías instrucciones, no podías esperar.

Por dos semanas, tu cabeza se había bloqueado. Tus clientes estaban impacientes. Querían algo nuevo en tus páginas.

Pero nada se te ocurría.

Hasta que, yendo en tú auto, pasaste por un local de venta de libros y revistas porno. Lo manejaba un amigo tuyo.

Y allí lo viste. Guapo, de cabello corto azul y un obvio estilo punk con ropa de látex y cuero que delineaba su cuerpo.

Al parecer, el atractivo joven estaba en su descanso, fumando en la parte trasera del local.

Solo lo viste de espaldas. Y al instante se te encendió la lamparita. Las cosas que te hubiera gustado hacer con él...

Pero no podías ir y decirle "oye, ¿quieres ser parte de mi pelicula porno?" No era correcto. Aunque, ¿Qué es correcto en el mundo del porno?

Aunque había otra opción. Una mucho más pesada, pero más certera.

Te dirigiste al otro día a la parte trasera del local, a la misma hora, junto con tu asistente, Rob.

Allí salió el joven a fumar otra vez. Ahora lo viste de frente. Muy guapo. Y sus pantalones apretados dejaban en claro que estaba muy bien dotado.

Rob y tú disimularon sacando un mapa de Hollywood y cubriéndose con éste, mientras tú le sacabas fotos al muchacho.

Esa misma noche, las colgaste en tus oscuras páginas de internet junto con un llamativo anuncio.

Película porno personalizada con éste jóven. Escucho ofertas.

Revisaste el anuncio al día siguiente. La respuesta había sido asombrosa. Miles de personas habían dicho sus ofertas.

Desde los mil dólares, hasta los diez mil, y seguían subiendo. BlackRoomMovies, tú seudónimo, iba a tener que crear el mayor éxito de su carrera.

Tú obra maestra.

Cerraste la subasta ese día, bien tarde. Había ganado un tal CreamPieBB por veintidós mil dólares.

"Comunícate conmigo" le escribiste, felicitándolo por haber ganado.

El sujeto — que resultó ser un grupo de cuatro mujeres — se comunicó contigo al instante.

Y te dijeron sus fantasías para el filme. Debías recrearlas lo mejor posible si querías recibir ese dinero.

Ahora venía lo difícil. Secuestrar al chico.

Rob se dirigió al local. Estuvo allí todo el día. Espero hasta bien tarde, cerca de la medianoche, hasta que el chico estuvo sólo.

Se bajó rápidamente, y le dió varios fuertes golpes en la cabeza con el puño, lo cual lo desmayó al instante.

Un rato después, apareció en tú estudio, prácticamente arrastrándolo. Había despertado.

La sangre caía de su rostro hacia su cuerpo. Tenía una cinta en su boca que le impedía hablar, y estaba llorando, totalmente aterrado.

Estaba asustado de ver a un par de locos como tú y Rob con esas horrendas máscaras que lo secuestraron.

No podía evitar llorar.