Cartas - Theodore Twombly (parte final)

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Llegaste a la oficina de Jerry antes de ir a la universidad.

El recepcionista te dejó pasar sin consultarle antes a su jefe. Le dijiste que te había llamado de urgencia, cosa que era mentira y se creyó.

Una vez que estuviste frente a su puerta, pensaste en todo lo que ibas a decirle.

"Creo que ya no podemos estar juntos, Jerry."

"Ya no siento nada por tí. Y sé que tú tampoco sientes nada por mi."

"Además me golpeaste, maldito malparido."

No tocaste su puerta. Sólo la abriste, hallando el peor escenario posible. Y aún así, no te inmutaste. No sentías nada ya, más que odio.

- Tenía mis sospechas sobre ésto. Pero no lo creí posible.
- ¡Carajo!

Jerry estaba teniendo sexo sobre su escritorio con su secretaria, Sienna.

Los cuerpos desnudos de ambos se mecieron ante tus ojos durante al menos un minuto, sin darse cuenta de que tú estabas allí.

No sabías que sentir al respecto. Te dolió mucho, si.

Te dolió que él siguiera dejando el pago a Theo para que escribiera sus cartas, mientras viajaba y se follaba a su secretaria.

Pero al mismo tiempo, internamente querías hallarlo así. Ahora tendrías una excelente excusa para expulsarlo definitivamente de tu vida.

Sólo te quedaste parada, mientras ambos te miraban asustados. Aún así, saliste de la oficina llorando.

Jerry te alcanzó rápidamente cuando saliste de la oficina y encaraste el pasillo principal.

- T/N... Lo lamento... Lo siento...

No dijiste nada. Te soltaste de su agarre. Y al verlo, y al ver a tu alrededor comenzaste a reir.

- ¿Qué te pasa?
- Eres tan asqueroso e idiota que no te diste cuenta de que estás desnudo, con todos esos mirando.

Habían unos diez abogados viendo la situación desde lejos. Y a Jerry desnudo, sin entender nada.

- No quiero verte nunca más en mi vida, Nate.

Rápidamente se cubrió su erección, y salió corriendo de vuelta a su oficina. Tu risa opacó el llanto que volviste a liberar una vez afuera del edificio. Decidiste no ir a la universidad.

Al volver a casa, sólo querías hablar con Theodore, y contarle lo sucedido. Pero sentías que no tenías fuerzas para hacerlo, y seguiste llorando.

El teléfono sonó y sino durante una hora y media. Cortaban, y volvían a llamar.

La última vez, Theodore dejó un mensaje de voz.

- T/N, háblame, por favor. Estoy preocupado por tí.

El mensaje siguió un poco hasta que levantaste el auricular y contestaste.

- Theo.
- Gracias a Dios. Pensé que Jerry te había hecho algo. ¿Estás bien?
- Yo... Si. Lo... Lo encontré con su secretaria. In fraganti.
- Hijo de perra.

Comenzaste a sollozar de nuevo. Theo no dijo nada. Sólo te oyó llorar.

- ¿Quieres que vaya a verte?

Si. Por favor.

- No. Sólo quiero estar sola un rato. Es todo. Gracias, Theo, por preocuparte. Eres un buen amigo.

Theodore se quedó mudo. Y luego de que oíste su respiración unos segundos, retomó la conversación.

- Está bien. Iré a la oficina un par de horas. Si necesitas algo, llámame. Y si quieres hablar luego, te espero fuera del bar.

Joaquin Phoenix - Imaginas & One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora