Usual Day - Joaquin

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Reíte un rato CL0UD_JOKER

Joaquin no padece insomnio, pero se levanta muy temprano todos los días, a las 4 AM.

A veces es para leer guiones, para cosechar las verduras de su huerta, porque tiene hambre o sed, o porque sólo quiere fumarse un cigarrillo.

Pero otras veces — generalmente, digamos. — es para no hacer nada. Al menos, no tiene mucho para hacer encerrado por la cuarentena.

Tan sólo abre los ojos, y mira por la ventana. Es de noche aún. Gira su rostro para verte, hermosa, durmiendo a su lado, con un brazo envolviéndolo suavemente.

Aún así, te da un beso en ls frente y se levanta muy despacio, toma una remera, y cierra la puerta trás de si. Se dirige directamente a la cocina para prepararse café.

Ni siquiera sus perros, Soda y Oskar, han despertado aún. ¿Quién, además de él, se despierta a esa hora?

Joaquin se mira brevemente al espejo: los párpados algo pegados al estar despertándose, la remera al revés con las costuras viéndose en las uniones, en calzoncillos y con un par de medias con rostros de cerditos.

Sumado eso, claro, a su cabello totalmente despeinado, la barriga, y una mano en su cadera y la otra sosteniendo la taza de café con la cara de Soda que le regalaste.

Le dio risa su propia apariencia. Y en esa misma postura, enciende la televisión. No hace falta hacer zapping. Deja Animal Planet.

Se queda viendo un programa sobre el Amazonas, recordando cuando él mismo viajó a la tribu Yawanawa. Ni siquiera se sienta en el sofá.

La pausa comercial lo interrumpe. Insulta por lo bajo. Odia los cortes, como todos. Pero no quiere despertarte.

Cambia de canal a National Geographic. También está en pausa. Sus insultos ahora son audibles, lo suficiente para que te despiertes para no encontrarlo a tu lado.

Un ultimo cambio de canal lo lleva a casi lanzar la taza vacía al televisor en un arranque de bronca.

Te levantas lentamente, y abres la puerta. Es común que ambos se levanten a esa hora, pues siempre se acuestan temprano. Y ya te acostumbraste a esa rutina. Pero ¿Porque insultaba tanto?

— ¿Joaquin?
— Cariño... Lo siento. No quería despertarte.

Lo miras con cara de "estás gritando a todo pulmón y ¿no querías que me despierte?" Y ves la televisión: Joaquin encendió YouTube en el Smart TV.

Sin decirle nada, vas hacia la cocina y tomas la cafetera, sirviéndote una taza. Miras hacia las encimeras, haciendo una lista mental de las cosas que debes comprar cuando abran los supermercados.

Te quedas viendo a Joaquin, riendo al ver que demora como cuatro minutos en escribir cinco palabras en el televisor con el molesto control remoto, equivocándose y borrando varias veces en su intento.

De repente pone un vídeo: Tres Horas de Música Relajante. Y había escrito incluso las mayúsculas. Estaba nervioso, y las pausas comerciales no eran de su agrado. Pero si eso lo relajaba...

El living en penumbras, con los perros recién despiertos sentado uno a cada lado, y Joaquin mirando la televisión concentrado, te hacen lanzar una risita.

Sólo falta Ameno Dorimé de ERA sonando en vez de esa música relajante, y parece una escena de una película épica o un ritual de algún estilo.

Tuviste la intención de tomar tu teléfono y pasar ese tema, pero no querías que se molestara más aún.

— Gatito. — lo llamas por su apodo, sentándote en el sofá.
— ¿Que pasa, amor?
— Ven conmigo.

Se sienta a tu lado, con un rostro tan molesto que comienzas a besarlo. Le quitas el control de la mano, y bajas el volumen mientras sigues besando todo su rostro, frente y barbilla, y hundes tus dedos en sus mechones color sal y pimienta.

De repente, su enojo tan innecesario se disipa. Se deja llevar por tus besos, relajándose hasta apoyar su cabeza en tu regazo. La música no le sirvió a él, sino a tí, que cerraste los ojos un rato.

Te despertaste cuando el video estaba acabando, con el canto matutino de los pájaros y los perros ladrando en el jardín.

Joaquin seguía en la misma posición, prácticamente abrazado a tus piernas. Le hablas lentamente, despertándolo con besos en la frente. Era adorable.

— ¿Cariño?
— ¿Hmmm?
— ¿Me haces un favor?
— Ajá.
— ¿Puedes ir al supermercado?
— ¿Ahora?
— Si.

Hunde su rostro en tu vientre, levantando un poco la tela de tu camiseta con su nariz para dejar un par de besos alrededor de tu ombligo.

— ¿Quieres que me levante?
— A mí me despertaste, gatito.
— Si así estaremos a mano...
— Oh, no. Estaremos a mano ésta noche...

Se levantó lentamente, riendo, yendo a la habitación a buscar unas bermudas que él mismo cortó de un lindo pantalón de vestir que ya no usaba, y sus infaltables zapatillas Converse color negras.

No podía evitar pensar en la linda noche que les esperaba en la cama.

En su trayecto, cortas la música para poner un noticiero, y te diriges a servirle la comida a Soda y a Oskar.  Joaquin toma su barbijo y los lentes de sol, y espera a que le dictes las cosas que debe comprar.

No tiene mejor idea que anotarse todo en la mano. Siempre te ríes, pues hace poco se compró un iPhone 11 pro, y parece que sólo lo tiene por la cámara. Ni siquiera sabes si quiere aprender a usarlo bien.

— Ten cuidado, cielo.
— Tranquila, linda.

Camina hasta la puerta, dispuesto a salir para tomar el auto. Pero se frena, viéndote servir el alimento a sus mascotas y preparando unas tostadas.

— Oye.
— ¿Qué?

Sonríe por debajo del barbijo. Vaya paciencia le tienes.

— Te amo.
— Yo también. — le respondes con una sonrisa de vuelta.

Joaquin Phoenix - Imaginas & One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora