Joaquin Phoenix - Imaginas & One Shots

Inverse - Joker (parte 2)

Habían pasado dos días desde el abrazo. Durante esos dos días, Arthur meditó muy lentamente tu actitud. Ya no era sólo un gusto por ti. Era obsesión. Obsesión por amarte. Obsesión por que lo amaras.

Pero el problema era cómo decírtelo, si es que hacía bien en decírtelo. Tal vez sólo lo estabas usando. Tal vez estabas disimulando que te gustaba, para intentar huir, tal vez matándolo.

Arthur recordaba haber leído esa novela nueva de Thomas Harris. El Silencio de los Inocentes o algo así. Y seguía preguntándose si Clarice Starling alguna vez iba a enamorarse de Hannibal Lecter tanto como él de ella.

Ahora estaba en una situación similar. Él, psiquiatra, había caído muy de repente enamorado de su paciente, encerrada en un psiquiátrico de máxima seguridad.

Lo divertido de todo es que tanto Lecter como T/N no estaban locos. Sólo tenían otra forma de ver el mundo. Y eso se lo habían dejado muy en claro, tanto en la novela como en cada cosa que su paciente decía.

En esos dos días, Arthur también pensó que su última sesión llegaría ese sábado, a la tarde. Era la última vez que te vería. Y había sido su propia decisión.

— T/N... Escucha... Yo... No puedo verte más. Me transfirieron a otros casos, y tendrás de nuevo al doctor Edwards...

Estaba practicando frente al espejo. Se sentía muy inseguro de sí mismo. Dió una calada al cigarrillo, y lanzó el humo contra el vidrio.

Se vistió rápidamente, de nuevo camisa y corbata, se peinó el cabello cada vez más largo, y se puso colonia. Era la última vez que te vería. No quería una mala imágen.

Se dirigió a tu celda. Algunas enfermeras murmuraron y rieron nerviosas mientras él pasaba. Él solo les sonrió. Y siguió su camino.

— Hola, doc.
— Hola.

Se sentó frente a tí. No traía grabadora, ni expediente, ni papeles. Sólo su presencia. Intentó parecer lo más seguro posible.

— Vengo a decirte que es la última vez que te veré.

Tu rostro cambió. Tus ojos se entristecieron.

— ¿Qué? ¿Porqué?
— Es complicado... El doctor Edwards pidió tu caso de nuevo. Y mis superiores se lo dieron. — Mintió.

Extendiste tus manos esposadas para tomar las suyas. Lo hiciste sin reparo.

— Pero quiero que tú seas mi psiquiatra, Arthur. Al menos tú me haces reír.
— Tal vez soy un guasón.
— Tal vez.

Se quedaron en silencio, mirándose las manos mutuamente. Tocaste la suave piel de Arthur. Lo notaste más delgado, y tenía el cabello un poco más largo.

Siguieron hablando un poco más de sus vidas. No querías que esa hora pasara. Él tampoco.

— Te verías muy guapo con el cabello más largo.
— ¿Tu crees?
— ¡Si! Digo, a mí me gustaría... No es que no seas guapo...

Bajaste la cabeza, algo sonrojada. Otra vez, Arthur sintió que eras una buena persona injustamente encerrada.

— De veras que he pensado en dejarme el cabello más largo. Pero me criticarían... Como siempre.

De repente subió sus dedos por la piel de tus muñecas, pasando sus uñas con mucho cuidado por tu piel, dándote escalofríos.

— Tu en cambio eres hermosa estando encerrada aquí. No me imagino que tan hermosa eres fuera de Arkham.
— Doctor Fleck...
— No quiero dejarte. Te juro que no quiero dejarte, T/N. Yo te...