Joaquin Phoenix - Imaginas & One Shots

Date - Joe

De You Were Never Really Here (2017)
Disculpen que no publique mucho en éste libro, estoy más con el de Lucius.

— ¿De veras te gustó la película, Joe? — preguntaste, quitándote el abrigo.
— Me fascinó. — dijo, haciendo lo mismo y cerrando la puerta.
— ¡Ah, vamos! ¡No mientas!
— Bien... No está mal, pero no la vería de nuevo.
— Yo si.

Joe te miró, e hizo una cara que te hizo reir. Estaba siendo gracioso contigo, cosa que él nunca podía creer de sí mismo. Joe nunca hacía una broma, o siquiera caras divertidas.

Pero contigo si. Disfrutaba de verte reír, y sentía que se enamoraba cada vez más de tí una vez que lanzabas la carcajada, aunque ésta estuviera lejos de ser sutil. ¿Quién se ríe sutilmente?

— ¿Quieres cenar conmigo?
— ¿Qué?
— Sé que siempre tomamos una cerveza y te vas a casa. — dijo él, con algo de timidez. — Pero estoy divirtiéndome mucho ¿No te gustaría que pidamos algo? McDonald's está a un par de cuadras.

Vaya. Joe estaba siendo más abierto contigo ese día, más que ningún otro. Era tu mejor amigo. Y casi siempre eras tú quien lo invitaba. Pero ese día, él te había llamado a la mañana temprano para invitarte al cine.

Habías aceptado al instante. No deseabas otra cosa que salir con él. Te divertías mucho. Y te gustaba pasar tiempo a su lado. Habías respondido con un "¡Si" que casi sonó como un grito, y que hizo lanzar una risita a Joe por lo bajo.

La ansiedad te carcomió durante horas, hasta que cerca de las siete de la tarde sentiste una bocina, y al acercarte a la ventana, viste a Joe dentro del auto, esperándote.

Respiraste aliviada de no haberte vestido más formalmente al ver a Joe, quien iba bastante informal dentro del auto, llevando incluso una gorra.

Saliste de la casa, y se dirigieron al cine. Fueron a ver una película llamada "The Bye Bye Man", porque tú querías ver algo de terror. Siempre elegías tú la película.

A Joe le daba igual. Primero porque no le gustaban las películas de horror, pues él había vivido horrores mismos en la guerra. Y segundo, no le importaba qué película verían, si lo que realmente quería era estar a tú lado.

Varias veces, Joe giró su cabeza para verte, y se encontró contigo mirándolo. No podías no hacerlo. Se veía guapísimo esa tarde, y eso que estaban en las penumbras de la sala.

A mitad del filme estiró su mano hacia tú butaca, y entrelazó sus dedos con los tuyos. Un escalofrío recorrió el cuerpo de ambos. Siempre eras tú quien buscaba su cercanía física.

Ahora él había tenido el impulso de tomar tu mano, tal vez porque había visto mil veces que en las películas, cuando la chica tiene miedo, el chico hace eso para protegerla. Tal vez Joe había pensado que tenías miedo. O tal vez, de veras tal vez, quería tener tu mano entre la suya.

Aún así, al salir del cine, fue como si nada hubiera pasado. Joe caminaba algo alejado de tí, y tú llevabas tus manos cruzadas contra el pecho. Ambos habían vuelto a ser amigos, y no buscaban mostrar el amor que sentían por el otro.

En el trayecto hablaron de la película. A tí te había gustado, y le hablabas a Joe con el entusiasmo de alguien que no solía ver películas de terror. Joe asentía con la cabeza, o simples monosílabos.

Tenía la cabeza en otro lado. Cuando te veía, no escuchaba lo que decías. Y le había ocurrido mil veces. Solo pensaba en lo hermosa que te veías.

Joe sólo había estado de novio una vez, hacía muchos años. Pero nunca había sentido amor como el que sentía por tí. Y jamás era tan diferente, cariñoso, amable y adorable como lo era contigo que con nadie más.