Joaquin Phoenix - Imaginas & One Shots

Destino - John Callahan

De Don't Worry, He Won't Get Far On Foot (2018)
Pedido por vinyledger

El asiento que te había tocado no era de primera clase, pero tampoco era tan incómodo. Estabas detrás del ala del avión, y observabas el motor con algo de desconfianza. No te gustaba mucho volar, pero tampoco te daba miedo hacerlo. Era un punto neutro.

Debías viajar desde Oregón hasta Nueva York, y eso estaba en la otra punta del país. No había quedado otra opción que ir en avión, aunque te hubiera salido bastante caro.

— Hola. — dijo una voz desde el asiento a tu lado. Y observaste al sujeto.

Él ya estaba sentado allí cuando tú llegaste. Pero estabas tan absorta en tus pensamientos, que ni siquiera le dirigiste una mirada. Y aunque él si te había observado, tampoco prestó más atención de la que tú le diste, y siguió escuchando música con su walkman y sus auriculares.

— Hola. — respondiste, y lo detallaste un poco. No eras muy sociable, ni de hablar con extraños, pero había algo en su voz profunda y rasposa, había algo en él en sí que te cautivó.

Tenía el cabello color mandarina, y los ojos verdes muy claros y grandes, que se veían más grandes aún gracias a que él usaba anteojos. Tenía la barba un poco crecida, casi una sombra de uno o dos días. Tenía la piel blanca, pero tostada por el sol. Era muy atractivo.

— ¿Quieres ver algo? — dijo, y alzaste una ceja, confundida.
— ¿Qué tipo de pregunta es esa? — reíste apenas, nerviosa.
— Nada raro. Solo que estaba dibujando, y necesito una opinión.

Observaste a sus manos, y efectivamente tenía una lapicera y papel en ellas. El sujeto te lo pasó cuando asentiste, pero debía tener algún problema en sus brazos, porque fue como si lo único que podía levantar eran sus antebrazos, como si el resto de la extremidad estuviera pegada a su torso.

Observaste que el papel era grande, y estaba lleno de dibujos en los alrededores, algunos tachados. Pero en el medio, había uno que resaltaba, y al que le prestaste más atención.

Era una caricatura muy exagerada y minimalista. En ella aparecían varias cunas con bebes, una cruz en la pared del fondo, y una monja sosteniendo a un pequeño niño entre sus brazos. El niño tenía una burbuja de pensamiento en donde decía "mi madre es un pingüino".

No pudiste evitar reír, porque el chiste se presentaba solo. La ropa de la religiosa concordaba tan bien con lo que muchos niños podían pensar, además de la burla, que lanzaste una risita cortada para que los demás pasajeros no se preguntarán qué pasaba.

— Es muy bueno. — dijiste. Y el sujeto te observó, como si estuviera esperando algo más.
— ¿De veras?
— Si. Me hiciste el día.
— Me alegro.

Diste otro vistazo al dibujo, aún riendo, y viste que el sujeto había hecho una firma con la letra tan movida y desprolija como en la burbuja de pensamiento.

"CALLAHAN" decía, en mayúsculas. Y reconociste al tipo como un famoso caricaturista de Oregon, a pesar de que nunca habías visto una foto de él, solías ver sus caricaturas de tanto en tanto en el periódico.

— ¡Eres John Callahan! ¿Cómo no me dí cuenta?
— Oye, tranquila, o mis fans me devorarán vivo. — dijo, y te reíste.
— Eres gracioso.
— No para todo el mundo.
— Para mí lo eres. Quienes no entienden el humor, siempre critican. Aunque el humor sea subjetivo, siempre hay cosas que nos causan risa a todos.

John te observó unos segundos. Él, a pesar de su condición, era muy sociable. Solía frenar a personas al azar en la calle, para preguntarles sobre sus dibujos. La gente siempre decía que odiaba o amaba sus caricaturas, pero nunca le habían dicho que hay cosas que causan risa a todo el mundo. Tal vez era así. Y eso de repente lo inspiró para caricaturizarte.