Joaquin Phoenix - Imaginas & One Shots

Guardabosques - Lucius Hunt

De The Village (2004)

- Señor, - dijiste, apuntando por la espalda al hombre con tu rifle de aire comprimido. - no tiene permiso de estar aquí.

Él volteó su cabeza apenas, sin poder verte. Sólo reconocía una silueta con un arma, y tenía los brazos en alto.

- No me dispare. Por favor. Se lo ruego.

Su voz era cautivante, densa, hermosa.

- ¿Qué hace aquí? ¿Cómo entró al bosque? Ésto no es un campamento, es una reserva natural.
- Señorita, yo vivo en el bosque. Pero por favor, no me dispare. De seguro están tras de mí.
- ¿Estás herido? - dijiste, tuteándolo.

Negó con la cabeza. Los brazos le temblaban, tal vez miedo, tal vez cansancio.

- ¿Te están buscando?

Asintió. La lluvia golpeaba su cuerpo, mas no el tuyo, pues estabas resguardada bajo el techo.

- Carajo. Ven conmigo.

Te siguió. Por un momento desconfiaste dé el, pensando que tal vez intentaría quitarte el arma. Pero no lo hizo.

Lo dejaste entrar a la cabaña. Hacía mucho frío. Tenía la ropa empapada.

Allí le prestaste atención. Debía tener unos treinta años, muy guapo, de cabello oscuro corto y ojos verde pálido.

- Siéntate frente al fuego. Caliéntate un poco. Hace un frío horrible allí afuera.
- Gracias, señorita. - respondió, sentándose en el pequeño sofá.
- ¿Quieres chocolate caliente?

Te miró extrañado.

- ¿Qué es eso?
- ¿No me digas que nunca has tomado?

Negó con la cabeza.

- No tengo idea de que es eso.
- Te daré una taza.

Serviste el chocolate, y se lo pasaste. Tomó un sorbo, y lo saboreó entre sus labios.

- Es rico.
- Lo sé.

Te reíste, intentando que él también riera. Trajiste una cobija, y la pusiste sobre sus hombros. Luego te sentaste a su lado.

- Muchas gracias.
- No es nada. Luego de que te apuntara con un arma, es lo menos que puedo hacer.

Se rió. Al fin.

- Se que debes desconfiar de mí.
- Un poco.
- No lo hagas. No tengo mala intención. Sólo quería huir. Es todo.
- ¿Huir de que?
- De...

Se quedó mudo. Como si lo que fuera a decir fuera un pecado mortal.

- Lo siento, no puedo decirlo.
- ¿Porque?
- Porque hay gente buena, que sufriría si te digo.
- No diré nada. - hiciste una cruz en tus labios. - Lo juro. Es más, estoy sola aquí. ¿A quién le diría?

Dió otro sorbo de chocolate, y exhaló.

- Vengo de una aldea dentro del Bosque Covington. Somos unos cientos de personas. Vivimos ocultos. Y los mayores no nos permiten ir a la ciudad. Es por eso que me escapé. Me fui para poder ir a la ciudad.
- Dios santo. ¿Y crees que te están buscando?
- Bueno, me escapé durante noche de ayer, y ya es de noche de nuevo. Alguien debe haberse dado cuenta de que estoy desaparecido.

Sonrió apenas, dejando escapar una risita nerviosa.

- No me has dicho tu nombre. - dijo, dando otro sorbo de chocolate.
- Soy T/N.
- Lucius.
- Estarás bien aquí, Lucius. Te lo prometo. No te encontrarán aquí.
- Eso espero.