Joaquin Phoenix - Imaginas & One Shots

¿Recuerdas? - Arthur Fleck

Me voy a dejar llevar un poco por el sueño del otro día.
De Joker (2019)

Despertar con Arthur recostado en tu pecho era algo tan común como satisfactorio.

Solías abrir los ojos, mirabas hacia abajo mientras tu vista se acostumbraba a la luz de la habitación, y él estaba allí.

Si no estabas tu recostada sobre él, o ambos abrazados bajo las sábanas a modo de cucharita, él amaba hundir su rostro en la piel de tu cuello.

Tus latidos debían calmarlo. Lo reconfortaban cuando los días eran duros, y solían golpearlo. Acababa riendo antes de abrir la puerta de entrada de su casa. Y sabías lo que había pasado.

Cuando se mudó contigo, a la casa en la que vivías junto a tu madre, pensaste que eso la molestaría. Pero en realidad no lo hacía. Y allí te acordaste de cuando lo conociste.

- Hola, hmm... Disculpa, Arthur.
- Hola, T/N

Lo habías visto tantas veces. Habías coincido con él en el elevador del edificio en el pequeño apartamento en el que vivías con tu madre.

El alquiler seguía subiendo, el departamento era un asco. Y tu madre estaba buscando alquilar una casa en otra zona de la ciudad.

- Necesito que me hagas un favor, Arthur. Necesito que, si puedes, prendas las luces ésta tarde en el departamento.
- ¿Prender las luces? ¿Vas a algún lado?
- Vamos a ver un alquiler en otra parte de la ciudad. Y tal vez nos demoremos.
- Oh.

Le estabas pidiendo ésto a él, a pesar de que interiormente sabías que era una excusa perfecta. Sólo querías verlo a él.

- ¿Él te gusta, no? - te había dicho tu madre un día que lo mencionaste.
- Si, mamá. Si. Me gusta.

Sabías que podía molestarse por la diferencia de edades. Él estaba a los mediados de los treinta, y tú estabas iniciando la universi---

- Es un buen muchacho. Me cae bien. Deberías intentar salir con él.

Carajo. Dió un sorbo de café, y sonrió.

- ¿Te vas a ir? - dijo él, haciéndote volver al presente.
- Si. Me temo que éstos departamentos son un asco.
- Ni me lo digas. - se sonrió. - El mío es un desastre.
- Lo sé. - sonreíste de vuelta. - El mío se cae a pedazos.
- Dame las llaves.

Le entregaste las llaves, y te fuiste. Te encantaba su voz. Y en esa ocasión se veía muy atractivo, con el cabello mojado, echado hacia atrás, y un pijama que debió ponerse rápidamente.

- ¡Oye! - gritó.

Te volteaste, y lo viste en el umbral de su puerta. Sabías que estaba viendo cómo te ibas.

- ¿Quieres salir conmigo?
- ¿Qué?

Lo había dicho tan levemente, pero aún así lo habías oído. Querías que te lo repitiera.

Se acercó a tí rápidamente, cabizbajo, tímido, rojo de vergüenza.

- ¿Quieres salir conmigo?
- ¿Adónde, Artie?
- A tomar algo, no lo sé. Lo siento, no se mucho de ésto, no salgo con muchas chicas lindas como tú. Mejor olvídalo.
- Art, espera.

Lo tomaste de la muñeca cuando hizo el amague de irse.

- Sólo dime la hora. Iré a ver la casa y volveré lo más rápido que pueda.
- ¿Lo harás?