Wow - Doc Sportello

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De Inherent Vice (2014)

Estaba en el supermercado, y dos chicas estaban hablando de cierta peli en donde "la chica, que lava las sábanas, se enamora de un escritor que está loco. Y el cura, que es re lindo, se enamora de ella". Tuve la intención de meterme en la conversación, pero no lo hice XD.

La puerta de la oficina se abrió de repente. Estabas con un cliente, y ambos se asustaron por el repentino ruido.

— ¡Wow! - reaccionaste, al ver a Doc en la puerta.
— ¿Wow? - contestó él, sin dejar de mirar al cliente.
— ¿Qué haces aquí? Estoy con un cliente, Larry.
— Siempre estás ocupada, así que pensé que debía venir y ver si estabas libre para ir al cine y para cenar.

Su serio rostro cambió de repente. Sonrió. Y eso te hizo lanzar una risita que confundió aún más al cliente, que no entendía cómo una abogada de tu calaña podía aceptar la invitación de ese hippie.

— Espérame afuera un rato, Doc.

Hiciste una seña con tu mano para que saliera de la oficina. Doc te obedeció, levantando el dedo medio a espaldas del cliente con una cara exagerada que te hizo reir.

El cliente miró hacia atrás justo cuando la puerta se cerró. Si hubiera pillado a Doc, lo hubiera golpeado.

— ¿Novio?
— Eso espero. - dijiste, juntando algunos papeles.

Diez minutos después, el cliente salió primero de la oficina. Tú luego. Doc estaba sentado en la sala de espera. La gente, todos vestidos formalmente, lo miraban raro.

Doc también los miraba raro. Su camisa hawaiana, sombrero de palma y ojotas era el atuendo justo para ir a pedir una cita a una bella chica en el buffet.

— Doc. — susurraste, haciendo señas con su mano para que se acercara a tí.

Doc caminó hacia la oficina, siguiéndote. Apenas cerraste la puerta y diste la vuelta, no tardó en tomar tu rostro entre sus manos y juntar sus labios con los tuyos.

La breve sorpresa te hizo cerrar los ojos y continuar el beso, reposando ambas manos en su pecho.

— Te extrañé, T/N.
— Yo también. Me preocupé mucho por tí la última vez.
— No fue nada del otro mundo.
— ¡Te dispararon, Doc!
— Bueno, eso sí, pero no salí herido. Y todo lo demás no fue nada. Además, gané mucho.
— ¿De veras te pagaron? Eso es nuevo.

Doc había sido jodido varias veces por sus clientes. Primero iban a su oficina a pedirle ayuda con un caso. Y él, excelente detective privado, solía resolverlo.

No cobraba caro. Pero el precio que les daba parecían pasárselo por el lado en donde no da el sol, y Doc siempre acababa con las manos vacías y sin saber el verdadero nombre de sus clientes.

— Si. Y me dieron una buena comisión. Así que creí que debía gastarla contigo.

Acariciaste su ensortijado cabello castaño, pasando tus dedos por sus largas patillas. Eso pareció darle cosquillas.

— ¿A qué hora?
— Ahora mismo. Son las seis.
— Doc... Nunca cambias. — hiciste una pausa. — Dame un minuto.
— ¿Debo ir a la sala de espera? ¿O puedo esperar aquí?
— ¿No te gusta la sala de espera?
— Hay una gran diferencia entre ver a esos monos y en verte a tí.

Negaste con la cabeza, riendo, un rostro pícaro mientras te quitabas la chaqueta y caminabas detrás de tu escritorio.

Doc levantó la ceja, sonriendo, con ambas manos en los bolsillos y un rostro tan pícaro como el tuyo.

Joaquin Phoenix - Imaginas & One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora