Joaquin Phoenix - Imaginas & One Shots

Cena - Arthur

De Joker (2019)

Habías conocido a Arthur en la oficina de trabajos sociales.

Estabas sentada en una de las sillas de la sala de espera para hablar con tu asistente social.

Tus padres habían fallecido en un accidente hacía unos meses, y desgraciadamente no tenías el suficiente dinero para pagar un psicólogo.

Los extrañabas mucho, pues vivías con ellos; y tu hermana te aconsejó que debías ir a asistencia social para llevar el duelo. Sólo llevabas dos semanas yendo, tres días a la semana.

Fue allí que él sólo llegó, y quedó de pie frente a los asientos. Estaban llenos de gente. Y sólo quedaba uno a tu lado, y estaba bastante separado de los demás.

Dudó unos segundos, hasta que al fin se sentó a tu lado.

Extrañamente, aunque querías, no podías dejar de mirarlo. Era atractivo. No lo habías visto antes, aunque seguro había ido.

- Bastante gente hoy, ¿No crees? - dijiste, intentando sacarle unas palabras y tal vez entablar una conversación.

Comenzó a respirar un poco más rápido. Estaba nervioso.

- Si. No pensé que... Ya sabes.
- ¿Qué?
- Que tanta gente necesitaba asistencia. - dijo, mirando al suelo.

Notaste que no podía observarte a los ojos. Desviaba la mirada.

- Tal vez estamos todos locos, ¿No crees? - dijiste, sonriendo.

Giró su rostro y te observó, sonriendo apenas. Sus ojos esmeralda destellaban por las ténues luces del lúgubre pasillo.

- Tal vez, si.
- Soy T/N.
- Arthur.
- Es un placer, Arthur.

Charlaron hasta que tocó tu turno de entrar a la oficina. Te contó que era payaso de fiestas, y que quería ser comediante. Era muy respetuoso. Tan diferente a todos los hombres de la ciudad que te encantaba.

Arthur seguía despues que tú, asi que estabas segura que estaría allí cuando salieras.

- Hola, T/N.
- Hola, doc. - dijiste a modo de broma a la asistente.
- ¿Cómo te ha ido estos días?
- Bastante normal, a decir verdad.
- ¿Cómo va la venta de libros?
- Nada mal. Mi hermana y yo estamos vendiendo más ahora que bajamos los precios.
- Eso es muy bueno.

Te hizo señas, y te sentaste enfrente a ella.

- Sé que siempre te lo pregunto, T/N, y siempre me dices que no, pero ¿Te ha pasado algo interesante ésta semana?

Pensaste en el guapo hombre que estaba afuera, que tanto te había gustado desde el primer momento que lo viste.

- A decir verdad, si.

La asistente sólo giró la cabeza, arqueó una ceja y sonrió, confundida.

- No me digas. Cuéntame.
- Bueno, conocí hace como una hora a un hombre... Es bastante lindo, y... No lo sé... Me gusta mucho...
- ¡Eso es excelente, T/N! ¿Cómo se llama?
- Bueno... Es... Es Arthur, el hombre que sigue después de mí aquí.

Sonreíste, y ella cerró los ojos, sonriendo a la par, lanzando un suspiro.

- Oh, T/N, me alegro mucho. Es un hombre muy dulce. Él viene aquí, preocupado por su madre. Es muy sufrido, ¿Sabes? Suelen golpearlo en la calle. Pero es bueno, y muy educado. Sería lindo que empieces a salir con él.

Hablaste un poco de otras cosas, pero al final de la charla retomaron el tema.

- ¿Sabes, T/N? haré lo siguiente: le preguntaré a Arthur si conoció a alguien éstos dias, y luego te contaré que me dice. Intentaré convencerlo de que te invite a una cita. Sé que contigo estará bien, se sentirá mejor.
- Gracias, doc.