La película - Joaquin

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Warning: contiene spoilers de Hereditary (2018)

- No me gustan mucho las películas de terror, Joaquin.
- Oh, vamos. Es sólo una película.
- No me digas. Eres el actor más famoso del mundo, y me dices que una película no es real. Cómo si no lo supiera.

Joaquin te abrazó. El sofá, grande, era muy cómodo. Te sentías bien entre sus brazos.

Te encantaba cuando Joaquin tenía días libres del Festival de Cannes, y decidía quedarse a tu lado. Se encerraban en la habitación a ver películas, y a comer dulces.

Y luego pedían algo al servicio a la habitación si querían cenar. A menos que él se ofreciera a cocinar en la cocina de la suite, cosa que nunca podías negar.

Parecía una rutina común esos días. Joaquin ponía un dvd de la película que se perdieron en la sala, y tu sólo recostabas tu cabeza en su regazo, su pecho o su hombro. Y ambos disfrutaban de la función.

Era una película de terror bastante nueva, Hereditary, que también competía en Cannes. Una joya del cine de terror y el cine moderno.

Los críticos y el pequeño público del día anterior decían que había asustado a todo el mundo.

Pero a ti no te gustaban ni siquiera las películas animadas de terror de Tim Burton.

Aunque Joaquin debía ver ésta. Era un requisito que viera una larga lista de filmes que participaban. Y justo ésta debía ser de terror.

Acababan de llegar de la alfombra roja de la presentación de otra película.

Y Ari Aster, el director de Hereditary, fanático de Joaquin, le pasó un dvd con su pelicula. No habían podido ir a la premiere del dia anterior.

"Después me cuentan que les pareció", dijo.

- Vamos, cariño. - te había dicho Joaquin, convenciéndote mientras te sonreía con esa sonrisa que tanto enamoraba al mundo. - Yo te protegeré.

Y era esa sóla frase la que te había hecho aceptar sentarte a su lado.

Mientras veían la película, escondiste tu rostro en su pecho, apretando tus manos en él.

Lo peor de ver una película de terror era verla de noche. Incrementa los miedos de todo el mundo.

Y a veces te decías a tí misma que ni siquiera Joaquin podía hacer que no te perdieras en un ataque de nervios.

Lo peor fue que la película empezó normal. No asustaba a ninguno, aunque empezaba a ponerlos nerviosos, porque la tensión en la película era terrible.

Y cuando eso pasaba, significaba que vendría algo de mucho terror. Lo presentías.

- Joaquin.
- ¿Qué? - susurró, comiendo palomitas de maíz, totalmente inmerso en el filme.
- Tengo mucho miedo.
- Ah, vamos. Si no pasó nada aún.
- Si pasa, si pasa. He leído las reseñas. Dicen que da mucho miedo.
- ¿Y que quieres que haga?
- No lo sé. No se si quiero seguir viendo.

En el fondo sabías que no sólo le encantaba tu compañía. Sino que él también podía tener miedo. Y no quería estar sólo.

Pasó sus dedos suavemente por tu rodilla, enviando una fuerte corriente por toda tu pierna.

Fue subiendo sus dedos por tu muslo, hasta tocar tu entrepierna a través del short. Apretaste tus piernas alrededor de sus dedos.

- Joaquin... La peli...
- Están hablando.
- Los diálogos son importantes...
- Después puedo repetirlos.

Ingresó sus dedos entre la tela, tocando tu ya empapada vagina. Estaba agitado. Miraba la televisión. Pero no le prestaba atención.

Se rió cuando gemiste muy despacio, llevando sus dedos por sobre el capuchón de tu clítoris.

- Haré que te corras sólo con un dedo, T/N.
- Si estás haciendo ésto para que me quede... Lo estás logrando.

Comenzó a mover su dedo medio, trayendo tus fluidos hasta el manojo de nervios, y comenzó a moverlo de arriba hacia abajo tan rápido que sentiste que te venías.

Comenzaste a nombrarlo una y otra vez. Su dedo cada vez más dentro de tu clítoris, más rápido. Ahora hacía círculos. Sentías mucho calor en la zona.

Y te corriste, apretándote con fuerza, clavando tus uñas en su pecho y espalda, entre su camiseta. Un par de segundos después retiró su dedo y lamió tus fluidos.

No dijo nada. Tú tampoco. Pues de pronto, de la nada, en la película hubo un accidente.

La niña protagonista acababa de morir en un accidente que los asustó a ambos, haciéndolos saltar del asiento.

- Creo que se puso interesante. - dijo, calmando su respiración.

Aún intentabas recobrarte del orgasmo. Pero también comenzaste a prestar atención a la película.

Cuando el filme acabó, Joaquin te despertó. En realidad no viste la última media hora. Decidiste esconderte entre su cuello ya bastante asustada por lo poco que viste. Y acabaste durmiéndote.

Fueron hacia la habitación juntos. Joaquin no decía nada. Debía haber quedado algo asustado. Aunque tú, tú querías darle placer a él luego de lo que hizo por tí.

Se acostó luego de quitarse la camiseta, y comenzaste a besarlo, recostada sobre él.

- Lo siento. Me dormí. ¿Qué pasó?
- Nada. Nada que quieras saber.

Siguió besándote. Aunque sabías que sus pensamientos seguían en el filme.

- Olvídate de la maldita pelicula, y disfruta.

Bajaste hasta su entrepierna y sin pedir permiso, metiste su miembro en tu boca. Tenía una erección fruto de tus cálidos besos.

Chupaste y lamiste lentamente. Joaquin jadeaba. Amaba la forma en que usabas tu lengua. Y se corrió en tu boca rápidamente.

Hicieron el amor tranquilos. A veces parecían salvajes. Pero ahora no. Joaquin estaba algo extraño. Debió quedar traumado por el final. O algo así.

Aún así, era fantástico en la cama. Gemía en tu oído de una forma totalmente excitante, tocando tu cabello.

Te recostaste en su pecho, y besaste su suave piel, tocándole el cabello teñido de pelirrojo para su próxima película.

Él encendió un cigarrillo. La panorámica de Cannes se veía por la enorme ventana.

- Joaquin... Lo que me hiciste en el sofa... Lo que me hiciste ahora... Haces que pierda la cabeza.
- ¿Perder... La cabeza?
- ¿Qué?
- ¿Qué?
- ¿Qué dijiste?
- Nada. Nada. Estaba pensando en la película. Es todo.
- Oh, por favor.
- Si, es sólo una película. Vamos a dormir.

Apagó el cigarrillo, y te abrazó con fuerza, riendo.

Eso no quitó que menos de una hora más tarde estuviera abrazado a tí, lloriqueando, con la cabeza entre tus senos, luego de tener una pesadilla.

- ¿No que ibas a protegerme? Al parecer yo te protejo a tí.
- Parece que sí. - dijo, sonriendo. - Eres mi heroína. Y te amo por eso.

Claro que esa noche, y durante una semana, Joaquin no pegó un ojo en toda la noche.

Vaya pelicula. Si encontrabas al director Ari Aster en el festival al día siguiente, le dirías "oye, ¿sabes que? Asustaste a Joaquin Phoenix." Y te reirías. ¿Quién se asustaba ahora?

Joaquin Phoenix - Imaginas & One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora