Estacionaste el auto a un par de calles de la casa de Joaquin. No querías llegar y que los paparazzis se dieran cuenta de que ellos estaban allí como para acosarlos. Si se podía mantener la tranquilidad, todo era mejor.
Tocaste el timbre y esperaste detrás del alto portón. Observaste el hermoso cielo color anaranjado de Los Angeles a esa hora de la tarde, y sabías que cuando estuvieras en la casa, desde el patio podrías ver perfectamente como el sol caía detrás de las colinas.
— ¿T/N? — se escuchó a Rooney decir del otro lado del portero eléctrico.
— ¡Rooney, hola! Lamento llegar tarde.
— No hay problema, pasa.Se sintió un breve timbre a un lado, y supiste que la puerta de entrada se había abierto, permitiéndote pasar. Solo unos metros, y la casa, que no era la típica mansión de los actores famosos que eran ellos dos, se reveló ante ti.
Siempre admirabas esa casa. Casi parecía como si siempre te sorprendiera como si fuera la primera vez: no era muy grande, tenía cuatro habitaciones, una cocina, comedor, sala de estar, un estudio y dos baños. Todos ambientes bastante pequeños en comparación a otras casas hollywodenses.
El interior tenía un decorado casi arcaico, normal. Los adornos parecían casi comprados en un supermercado, sacando una que otra pintura. Y las paredes casi estaban vacías, con un estilo minimalista, excepto por algunas fotos de la familia y del pequeño River.
River era la razón de que estuvieras allí hoy. Tu amistad con sus padres te había llevado a cuidar del pequeño cuando ellos estaban ocupados con alguna premiere de película o evento que atender.
Ellos no eran de tener niñeras en casa. Ambos eran muy buenos padres, y no dejaban al niño solo por nada. Ambos lo habían querido, habían planeado que él tenía que llevar la mejor vida posible desde su nacimiento. Pero había casos, como ahora, que les era imposible llevarlo.
Por eso te llamaron a tí. Porque te querían, te apreciaban, y sabían cómo se divertía el pequeño contigo. River ya había cumplido los seis años, y su rostro era una mezcla perfecta del de sus padres, y de su tío.
Joaquin siempre bromeaba diciendo que no entendía cómo es que el niño había salido rubio. La genética de su abuela era obvia, pero para todo el mundo era imposible no pensar en River Phoenix.
Cada vez que veías al niño, pensabas en River. Que se llamara igual sólo te hacía pensar más en él, y a pesar de que nunca lo habías conocido, Joaquin hablaba tan bien de su hermano contigo y con Rooney que siempre te hacías una imagen mental de él, fuera de lo que veías en las películas.
— Cada día se ve más parecido a él. — decía, sonriendo, viendo a su hijo jugar con los perros en el patio. Y tú sonreías también, pasando una mano por su hombro con cariño.
Rooney y tú tomaban café sentadas en el desayunador de la cocina, mientras Joaquin se cambiaba. River lo acompañaba, y no dejaba de hacerle todo tipo de preguntas.
— ¿Cómo vas con el documental? — preguntó Rooney, dando un sorbo de su taza.
— Es un maldito desastre. — dijiste, haciéndola reír. — Es muy difícil filmar en exteriores. Ayer me robaron el micrófono.
— ¿Como Mike?
— Como Mike. — reíste. — ¿Recuerdas cuando me quitó la cámara para sacarle fotos a Joaquín y a tí mientras filmaban?
— Nunca se lo perdonarás, ¿verdad?
— ¡Claro que no! El tarado las vendió a DailyMail y filtró todo el rodaje.Hubo un momentáneo silencio en el que tomaste café, y Rooney dejó salir una risita.
— ¿Qué pasa?
— Nada. Sólo recordaba que si no fuera por ese incidente con Mike, Joaquín y yo nunca hubiéramos empezado a hablar.
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Joaquin Phoenix - Imaginas & One Shots
Fanfiction+18. PEDIDOS ABIERTOS a mensaje privado o en los comentarios!! Algunos son de mi autoría, otros son traducidos de Tumblr. Mucho fluff, smut, headcannons(HC's) y algunas historias de varios capítulos con distintas temáticas y géneros. Espero que los...