De Quills (2000)
Lentamente te escabulliste por los largos pasillos del Asilo de Charenton. Era tarde, y casi todos en el asilo estaban en sus habitaciones. Te acomodaste el collar al tiempo que caminabas a la habitación del Abbé, quien siempre se quedaba despierto hasta tarde.
Te había confesado los problemas de insomnio que tenía. Solían pasar mucho tiempo juntos. Y a decir verdad, si que lo gozabas.
Pues Coulmier era demasiado atractivo para no querer estar a su lado. Y su idealismo hacía que su personalidad fuera extremadamente buena.
La amabilidad con la que trataba a los pacientes, las actividades que les hacía hacer para mantenerlos ocupados y despejar sus mentes, o incluso la forma en que hablaba y se movía te habían conquistado desde el primer día que llegaste.
Y si durante el día, en tu tiempo libre, no estabas con él, en la noche podías observarlo con vista privilegiada.
Tu habitación estaba pegada a la suya. Y nadie sabía que había una roca de la pared que las conectaba que se salía con demasiada facilidad. Y si observabas por ella, tenías una imagen clara de la cama del Abbé a unos tres metros de la pared.
Pensabas a veces que lo que hacías estaba mal. Pero el deseo te ganaba, y acomodaste tu cama al punto que quitando la roca y girando tu rostro hacia la izquierda, podías verlo por completo recostado.
Las primeras noches que decidiste observarlo, solo lo viste caminar e irse a dormir así nomás, con la sotana puesta.
Otras veces se desnudó frente a tí para ponerse su ropa de cama. Y sentiste que verlo por completo, tal y como era, te excitó.
Estabas enamorada de él. Y presentías que él tenía sentimientos por ti.
Fue por eso que un día, estando en la Iglesia, luego del ensayo del coro, cuando no había nadie más alrededor, tomaste sus manos.
- Abbé... Yo... ¿Puedo confesarme?
- Por supuesto, T/N...Ingresaron al confesionario. Y él te observó a través de la rendija.
- Perdóneme padre porque he pecado.
- Dime tus pecados.
- Yo... He tenido pensamientos impuros, padre. Además quiero hacer algo que puede ofender a Dios.Él se quedó en silencio, escuchándote. Se ruborizó al oirte.
- ¿Cual es esa acción?
- Bueno... Siento que estoy... Estoy enamorada de un sacerdote... Y no es que quiera alejarlo de Dios, o de sus votos... Es solo que me gusta demasiado para no pensar en él todo el día... Y toda la noche...La respiración de él había cambiado. Se había dado cuenta enseguida que hablabas de él.
- Oh, T/N... No te hagas ésto, por favor. Dios... Dios me necesita... Tomé votos... Yo...
Abrió la rendija, por lo que lo miraste. Tomó tu mano, y la besó.
- ¿Crees que no siento nada por ti? Todo el tiempo que paso contigo me alegra el alma. Eres hermosa. Pero no puedo romper mis votos, T/N. Consagré mí vida a Dios.
Te enojaste un par de días. Pero esa tarde decidiste ver que sucedía si llevabas a cabo tu plan. El Marqués de Sade, paciente de Charenton, escribía libros a escondidas con tu ayuda.
A la mañana, mientras Coulmier revisaba la enfermería, ingresaste en su habitación y dejaste una copia de Justine con las páginas dobladas. Querías que leyera su pornografía.
Y esa misma tarde lo hallaste con el libro en la mano, dirigiéndose a la habitación del Marqués.
Te escondiste detrás de la puerta. Cuando salió, lo sorprendiste.
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Joaquin Phoenix - Imaginas & One Shots
Fanfiction+18. PEDIDOS ABIERTOS a mensaje privado o en los comentarios!! Algunos son de mi autoría, otros son traducidos de Tumblr. Mucho fluff, smut, headcannons(HC's) y algunas historias de varios capítulos con distintas temáticas y géneros. Espero que los...