"Best friends but better" drabble

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Las luces en el cuarto son tenues, como llamaradas solitarias que se extinguen en el vacío de un caparazón marchitado. Debe admitir que le deprime un poco.

Justo frente al sillón donde está sentado, una ventana panorámica le enseña la imponente Dreamworks aún despierta en su cúspide, un derrame de luces artificiales y rascacielos que tocan las nubes con la punta de los dedos, inclinándose sobre los transeúntes que pasan por ahí.

El televisor habla solo a sus espaldas, un par de noticias indistintas que le hacen arrugar la boca y tomar otro trago de whiskey.

Hasta que oye algo por fin interesante:

—Por otro lado, nuestra querida Elsa d' Arendelle ha revelado que a pesar de que la semana de la moda en San Fransokyo terminó, ella se quedará un par de noches más, ajustando otros proyectos que tiene programados y disfrutando un poco de la hermosa ciudad...

Luego, el resto de palabras flotan en el aire, ignoradas y abstractas como en el principio.

La mente de Jack se reduce al bucle incongruente de afirmaciones estúpidas que llenan su pecho de una amarillenta alegría: Elsa está en San Fransokyo.

Eso es bueno, o al menos no tan malo. Hace dos semanas estaba en el Reino del Sol, y hace tres en Portorosso. San Fransokyo está significativamente más cerca de Dreamworks, y aunque él está a punto de irse a Berk para abrir su gira mundial, una idea le atrapa la cabeza de la forma más intrépida y abrupta posible.

Casi puede escuchar la voz de Elsa diciéndole que es una locura, pero no le toma mucha importancia mientras llama a su representante .

—Marty, soy yo— dice —¿podrías por favor conseguirme el primer vuelo de ida y vuelta que salga a San Fransokyo? Serán sólo unas horas, lo prometo.

El hombre resopla en la otra línea, puede jurar que está tomándose la cara con una mano meditando y arrepintiéndose de trabajar con él.

—Veré qué puedo hacer, pero tendrás que llegar al menos dos horas antes de tu vuelo a Berk.

—Gracias, Mart. Eres el mejor.

—No me pagan lo suficiente...

Y cuelga.

A los pocos minutos, ya tiene un mensaje en su bandeja. Dos pantallazos de su reserva y tíquets de avión junto a un "Tu vuelo sale en una hora, y el de regreso es a las cinco a.m, tienes cinco horas para besuquearte con Elsa todo lo que quieras. Aprovéchalas bien".

Jack sonríe en grande, sin ahondar mucho en lo impulsivo del asunto, o siquiera en la posibilidad de que Elsa puede estar ocupada ya aquella noche.

—Hey—. Dice Elsa cuando contesta su llamada. Hace mucho no oye su voz, y es como un masaje a los tímpanos escucharla.

—Hey... ¿tienes planes esta noche?

—Vaya, qué sutil— se ríe ella —pero no, no tengo. ¿Por qué?

—Verás... yo estoy en Dreamworks, a un par de millas de San Fransokyo y pensaba que podría...— inhala profundo, algo llevado por los nervios —volar a tu hotel esta noche.

Hay unos instantes de silencio; Elsa, del otro lado de la línea, aprieta el teléfono con su mano sudorosa y el pulso acelerado.

—¿Qué?

—Ya el vuelo está agendado— se mueve por toda la habitación de hotel, buscando su maleta y embutiendo su ropa en ella, para que al volver no tenga que correr para volver a salir —, y yo sólo quiero verte. No has salido de mi cabeza desde la última vez que nos vimos ¿sabes?

Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora