"Hijos de la élite" drabble

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Este como tal no es un drabble, sin embargo, es una especie de adelanto de la nueva historia en la que estoy trabajando. Me gustaría que me dijeran qué tal les pareció.

Hace calor, mucho calor. Las llamas se tragan vorazmente la iglesia y gran parte de los hermosos arreglos florales encargados para el que, se supone, sería el día más feliz de la vida de mi prima y el peor de la mía.

Un viejo sabio dijo alguna vez que el deseo era la cuna de toda necesidad humana, y a la vez, de los peores males que habían en el mundo. El deseo es insaciable, solo sabe crecer y consumir, derrumbando la fachada de una vida como la mía o la de cualquiera alrededor de mí. Tan solo la expone como defectuosa, no es responsable de dañarla, nosotros lo somos. Nosotros y nuestra carne débil que debería estar chamuscandose junto con los anillos de boda, fundidos entre los escombros, carbonizados.

Rapunzel, con el vestido de novia manchado de ceniza, ruega a los pies de Jack, el novio, que la ignora por completo con la mirada perdida en la ambulancia que se ha especializado por completo en el cuidado de Mérida. Irónicamente, su cabello, aunque siempre lo llevaba así, se veía especialmente desordenado, probablemente por las ideas en su cabeza. Aún sigo procesando el arrepentimiento en sus ojos, él no hizo bien, nadie aquí hizo bien. De lo contrario no estaríamos aquí. Pero siento que es quien menos lo merecía, junto con Hiro y Miguel.

El problema de tener dinero es el conocimiento de que puedes tener lo que quieras cuando quieras. Eso y que puedes usar cualquier método que se te ocurra para conseguirlo, sea ortodoxo o no, no importa, pues todo siempre consigue taparse con un par de billetes.

—Ya me tengo que ir. ¿Estarás bien?

Volteo a ver a Hiro, que por primera vez en su vida, luce pequeño en su propia piel. Tadashi y sus padres lo esperan con rostros serios en el auto.

Asiento, aunque no estoy muy segura. Anna me mira con odio, no es para menos, me lo merezco. Isaak está llorando en sus brazos y llama a gritos a su padre, pero él se ha dado a la fuga en cuanto tuvo la oportunidad.

—Creo que sí, ¿tú?

Él no dice nada, no es necesario que lo haga, es obvio que no lo estará. Miguel se ha ido ya un par de minutos atrás, en medio de un ataque de pánico, su representante se lo ha llevado.

—Descansa, lo necesitarás— le digo en vez. Probablemente fue muy crudo de mi parte, pero a todos nos aguardaba el mismo destino, y entre más lo asimiláramos, mejor. Incluso, yo ya preparaba mis declaraciones para la prensa.

"Un desafortunado incidente, no tenemos idea de qué pasó". Pura mierda.

Hiro me regala una última sonrisa chueca y se retira cabizbajo, aún está temblando.

Mis padres, recluidos en un rincón como si fueran más inocentes que todos, me hacen señas, quieren que tenga la espalda recta. La prensa llegará en cualquier momento y todos tenemos que procurar tener nuestra compostura de vuelta para ese entonces.

No queremos que nadie se entere de lo que en realidad ocurre, ¿verdad?

Entonces: luces, cámara, hipocresía y acción.

Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora