"Our thing" Drabble

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Dato irrelevante muy relevante: Jacksito tiene el cabello y los ojos marrones aquí. No sé, sólo quería que lo supieran.

Jack mira con hastío al grupo de cerebritos que, encimados unos sobre otros, entraron a la biblioteca con las miradas bajas y a su vez superiores directamente a la sección de ciencia ficción. La espalda le duele por la posición y aunque sabe que es su culpa, prefiere responsabilizar a la silla de madera que tiene demasiados tallos romanticones en la cabeza del espaldar, de esos góticos tirando a victorianos, idénticos a los que ha visto varias veces en casa de su abuela.

No obstante, cuando deja caer su cabeza guindando sobre su cuello y este gira a la derecha posando sus ojos exactamente en el pasillo de historia universal, Jack olvida por completo el mal humor y fastidio que deformaban su cara en una mueca de pocos amigos que intimidaba a más de uno.

Tal vez una visita larga y tediosa a la biblioteca del campus no era su manera favorita de pasar su mañana de sábado. Se le pueden ocurrir más de veinte maneras en las que preferiría estar en este momento, y sin duda la más destacada sería compartir arrumacos en la cama con Elsa, susurrarle ñoñerías al oído hasta hacerla reír y retorcerse entre sus brazos, todo esto después de hacer... bueno... ustedes ya saben.

Pero aquello no quita lo hermoso de su vista en este instante.

Flanqueada por gigantescos murales de libros y páginas polvorientas, Elsa está parada en la mitad del pasillo ojeando un libro de portada colorida. Tiene puesta una de sus sudaderas, la gruesa tela cuelga de sus brazos y hombros más que nada, y eso la hace ver mucho más pequeña que su nada insignificante metro sesenta y ocho. Unos jeans capri, tenis y una cola de cabello rubio cenizo, bastante deshilachada en los lados de su frente, algunos mechones se le pegaban a los lentes de las gafas redondas que lleva puestas. A Jack le pican las manos como si deseara tener una cámara en ese instante para fotografiarla hasta el cansancio.

Se ve preciosa estando ahí, tanto que decide ir hacia ella en tres zancadas, ignorando completamente los suspiros decepcionados del grupo de señoritas que lo miraban encantadas.

—¿Qué lees?— pregunta con voz suave, tomando suavemente sus codos flexionados a los costados de su cuerpo curvilíneo arropado en esa sudadera que le robó apenas comenzaron a salir.

—Una recopilación de las biografías de mujeres icónicas en la historia—. Responde ella sin dejar de leer—. Creí que me esperarías sentado por allá.

Jack hace un puchero aunque ella no lo ve.

—¿No me quieres aquí?— suelta sus codos y con los brazos le rodea el estómago, inclinándose hasta llegar su barbilla al hombro de Elsa.

—No,— Elsa aparta la mirada de las páginas amarillas, añejas y deja un besito en su mejilla—nunca molestas. Pero como dijiste que no te entusiasmaba mucho la biblioteca, supuse que no te interesarías en nada de esto.

—Sabes que leer no es lo mío—. Argumenta él —, pero observarte sí.

La Elsa del común, que le presta atención a lo que dice, se habría sonrojado y reído. Pero ahora estaba tan metida en el texto que apenas y murmuró algo en respuesta.

—El hockey es lo tuyo—. Dice —, los niños también.

Puede que sea verdad, se piensa Jack, pero sin duda el babear por Elsa era lo que mejor se le daba desde hace exactamente un año con seis meses.

—Los deportes en general — agrega, cerrando el libro. —Y los idiomas.... También tienes una voz muy bonita.

—¿Qué...?

Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora