Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]

"Home for christmas" One-shot

Pronto subiré las siguientes partes de "Befriend". Espérenlas.

Aprieta fuertemente los ojos mientras masajea su nuca. Las voces de su representante y asistente, se unían para armonizar melodías que probablemente incrementaban el tormento en la sienes de Jack; parlotean sobre algo relacionado con la entrevista que acaba de dar, seguramente son sólo quejas acerca de la iluminación, las cámaras, el audio. A Jack no le puede importar menos.

Mira con aburrimiento el teléfono en sus manos. Podría ver lo que dicen de él en redes sociales, pero incluso si sabe que lo que verá, en su mayoría, serán mensajes positivos de la gente hablando sobre sus exitosas películas, su físico y actuación, los halagos son algo que ya se ha cansado de escuchar. Las opiniones en general. Entonces se distrae con la fecha.

20 de diciembre.

Ya la nieve arropa las calles y los autos se atoran en el asfalto congelado de la infestada ciudad. Pero el invierno estando del otro lado del mundo, lejos de los que amas, no se siente igual de bien que antes. ¿Cuándo fue la última vez que pasó la navidad con los suyos? ¿Cuatro años? ¿Seis?

Hace tiempo no cargaba un pino real desde la camioneta de North hasta la sala, no se astillaba los dedos cortando ramas, y tampoco recibía dulce chocolate caliente con canela de Hada como recompensa. No escuchaba a Meme tararear junto a Emma villancicos navideños que pronto aburrían a todos y a Aster farfullar insultos malhumorados por las luces potentes, así que menos podía burlarse de él junto con Anna y Elsa en el sofá. La primera estaría sentada en el suelo, justo sobre la carísima alfombra; y la otra, como Jack lo sentía correcto, enrollada entre sus brazos con un libro abandonado en su regazo porque se entretuvo acariciándole el cabello y la mandíbula. Para Jack, eso era la navidad. No estar dando entrevistas, asistiendo a eventos, memorizando libretos, ensayando escenas y grabándolas. Eso era su trabajo, y lo amaba, lo posicionó como el cotizado actor que todos conocen. Pero hace tiempo que no ve otras luces navideñas que no sean las del alumbrado público, tampoco tiene una sonrisa y ojos azules redondos que lo esperan bajo un muérdago.

Tan sólo tiene trabajo.

A lo largo del año ha podido tomarse descansos y verlos a todos, regresar a casa por unos meses. Pero siempre la mayor actividad se concentraba en las fechas importantes como esas. Y dolía.

—¿Jack, me oyes?— Moana agita una mano frente a su rostro. —¡Jack!

Con un respingo, sus ojos se encuentran, letárgicos, con los de su representante. Ella tuerce la boca y le sonríe con cariño.

—Ya está...— frota su hombro —lo hiciste bien, cariño. El público te adora.

Jack suspira.

—Gracias...– sus dedos van a la frente —¿Qué tengo ahora? ¿Algún casting o...?

La voz se le apaga cuando ve a Moana negar con la cabeza, los ojos y la sonrisa en grande.

—Me estás asustando— le dice a Moana con sospecha.

De su bolso extrae un sospechoso sobre.

—En realidad tienes algo más que hacer— adopta su porte profesional de nuevo, con ojos más alegres esta vez. Le extiende el sobre. —un viaje.

Jack siente su cuello tensarse. Un viaje. Aeropuerto abarrotado de prensa y fans, apenas y un pasillito estrecho en medio de un tumulto de personas que, con mucha dificultad, los guardias pueden abrirle. Tal vez doce horas en un avión, escalas infinitas y otro vuelo extenuante que lo llevará a un hotel insulso, impersonal, en una ciudad donde no conoce a nadie, a, probablemente dar unas entrevistas, y regresar muy entrada la noche para víspera de navidad a solas en su habitación de hotel, con un helado y un domicilio de restaurante que jamás le llegará a los talones a la comida de North. Sip, no está del mejor humor para un viaje.