"King of my heart" drabble

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(4/5)

Disculpen los errores.

Basado en King of my heart de la reina Taylor.

Inexpresiva, agotada. Elsa termina de acomodar su cabello en la trenza que se le ajusta al cráneo como un casco. No puede creer aún hasta dónde llegaría la ambición de su abuelo. Con cada nueva estación que llega, otro coche lujoso se estaciona frente a las puertas de la mansión Arendelle; ¿los propietarios?, jovencitos de clase alta, codiciosos por tomar la mano de la más grande de las hermanas Arendelle en matrimonio.

Pese a que el cortejo de esos muchachos no pasaba de las dos semanas –un mes tardó en tirar la toalla el más persistente–, su abuelo aún amenazaba con invertir su herencia y la de Anna antes de que pudiese cumplir la edad mínima que sus padres estipularon en el testamento para reclamarla, entonces Elsa regresaba a la misma situación: deprimida, terminando de arreglarse para otra escueta cena con el último de los candidatos escogidos por su abuelo; un tal Hans con postura de pavo real y patillas del largo de un puente, según Anna.

No era la primera vez que saldrían, en varias ocasiones charlaron y aunque Elsa no lo encontrara particularmente desagradable en comparación con los demás, su acento y la sola idea de que estaba con ella por su dinero eran francamente insoportables.

—¿Lista para otra noche al matadero?— la pésima costumbre de Anna por no tocar la puerta antes de entrar persiste, y ahora la chica observa a su hermana con pena desde el umbral.

—Siempre— suspira.

Luego de varios intentos por persuadir al viejo, Elsa acabó por animarse con la idea de que tendría que jugar de su lado hasta cumplir los 21, en cuanto esto ocurriera, tomaría su herencia y a su hermana y sería libre.

Ambas permanecen en silencio, sin embargo, Anna retuerce los dedos y la mira con ojos que prometen un mal clima.

—¿Qué pasa?— pregunta entonces Elsa.

—Creo que la cosa se pondrá peor— dice Anna y Elsa calla, esperando que continúe—. Escuché al abuelo conversar con Hans hace rato, y parece que va a llevarte a Gusteau's.

Como si el asiento la hubiese eyectado, Elsa salta y da un traspié lejos del tocador. Sus ojos consumidos en pánico.

—¿¡Qué!?

—Lo siento, Els.

—¡No podemos ir a Gusteau's! — se niega a creer —, no sabría qué hacer... Anna, esto es horrible.

—Ya la reserva está hecha y él te espera abajo,— suspira apesadumbrada por su hermana —de veras lo lamento Els.

Elsa suspira, tras sus párpados, las imágenes de posibles escenarios durante la dichosa cena no la ayudan ni un poco.

—Yo más.

Treinta minutos más tarde, cuando el monólogo de Hans sobre los negocios que heredaría hubiese acabado, ambos descienden del lujoso Range Rover oscuro del hombre y caminan hasta la entrada, ella engarzada cortésmente al brazo de él. Intentaba con todas sus fuerzas disimular su nerviosismo. No obstante, todo se derrumbó en el instante en que ambos se sentaron en la mesa apartada del resto y el mesero asignado se acercó.

—Buenas noches, mi nombre es Jackson y seré el encargado de atenderles esta noche.

Maldiciendo en todas las lenguas muertas su suerte, Elsa lo vió inclinarse gentilmente, historiado con el uniforme e incapaz, o más bien renuente, a regresarle la mirada.

—Muchas gracias, yo pediré la recomendación de la casa— dice Hans, sin molestarse en ver el menú. Obviamente había venido antes o sólo intentaba impresionarla.

Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora