Day 19: "Tears of champagne" One shot

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19. Vestidos formalmente.

-¡No! ¡Lo ha entendido todo mal, le dije que necesitaba el arreglo con peonias! ¡Peonias!- Escondida en la cocina del lujoso salón de eventos, Anna ve discutir a su hermana mayor por teléfono. La mira hermosa, con las preciosas cascadas de plata recogidas en una bonita cola de caballo y un par de mechones afuera para enmarcar un rostro fino con maquillaje de tonos tenues. Tenía un elegante enterizo blanco, con escote en V que le llegaba apenas unas pulgadas sobre el ombligo, cuyo pantalón era tan acampanado que cuando cerraba las piernas parecía un vestido; la delgada cadenita con la solitaria perla de la familia le colgaba y se agitaba en el cuello a cada ademán frustrado que la rubia hacía, pero aún así se veía envidiablemente elegante. 

-¡Lo que usted envió fueron begonias, señor! ¡Be-go-nias!- permanece unos segundos en silencio mientras obtiene una respuesta del otro lado de la línea, Anna aún la mira desde el umbral de la puerta, callada. -Claro que no son lo mismo, ¿seguro de que usted es florista?... ¡Pues no lo parece! ¡Olvide que lo volveré a contactar para otro evento, daré una pésima calificación a su servicio!.... ¡No! ¡No quiero una compensación! ¡Quiero unos arreglos florales perfectos y usted no fue capaz de dármelos!....- la respuesta que le dieron del otro lado no pareció agradarle en lo absoluto a Elsa, porque bajo todas las capas de maquillaje, Anna pudo ver como su cara enrojecía de la furia. -¿Ah sí? ¡Pues usted bien puede meterse esos arreglos florales mal hechos en...!

Antes de que terminara la frase, Anna se apresuró a atajarle el teléfono de la mano para colgar. Elsa la observaba entre estupefacta y molesta.

-Creo que fue suficiente por hoy, Elsa.- Le sonríe, tal cual ella suele hacer cada que su hermana pierde los estribos y ella quiere tranquilizarla. -Ya te has esforzado demasiado, ¿Por qué no sales y disfrutas de la fiesta?

Elsa niega con la cabeza entre las manos. 

-La que debe disfrutar la fiesta aquí eres tú... es tu fiesta de compromiso, Anna y...

-Está perfecta, hermana- la toma de los brazos. -Te aseguro que tener begonias en lugar de peonias no va a ser un obstáculo para mi matrimonio con Kristoff.

-Pero...

-Pero nada, Elsa. Ya planeaste, organizaste, y te encargaste de que cada mínimo detalle de esta fiesta sea espléndido, has hecho más que suficiente, y te lo agradezco.- Anna le sonríe con los labios pintados de rojo. -Ahora sólo quiero salir con mi hermana de esta cocina y disfrutar de mi fiesta de compromiso, ¿se puede?

El pecho de Elsa se infla cuando suspira y asiente, sabe que no ganará esa batalla y si salir de su burbuja de estrés por la fiesta, implica que Anna disfrute de la misma, no va a hesitar en dar su mayor esfuerzo. 

Además, el estrés podría provocarle una espinilla y la boda era en una semana. 

La arrastran fuera de la cocina al salón principal, donde la gente está regada por grupos disparejos que beben champaña espumosa y cotillean. Elsa analiza todas y cada una de las caras presentes, como contándolos a todos y asegurándose de que nadie falte. Kristoff está saludando incómodamente a un par de socios de sus padres, que por mera cortesía invitaron, pero se notan sus ganas de morir ahí mismo. 

Elsa casi le dice "por dos".

-Se ve que Kristoff está en aprietos...- comenta en voz baja para su hermana en el costado de su hombro derecho. 

La menor mira a su futuro marido y asiente.

-Voy a rescatarlo, tú intégrate. Los Dumbroch han estado preguntando toda la noche por ti.- el aliento susurrado de Anna le hace cosquillas en el oído, pero se limita a asentir, aliviada de saber que Mérida está allí y que quiere verla.

Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora