"It's amortentia, baby" drabble

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Otro AU del Jelsa en Hogwarts porque quiero, puedo y no me da miedo. Disfruten.


Amortentia: es una poción que provoca una obsesión o enamoramiento hacia otra persona. No tiene un olor específico, en realidad, huele a la persona de la que estás enamorado.

—¡Frost, quédate a mi izquierda!

—¡Mérida, bloquea a los cazadores!

Elsa frunce el ceño intentando clavar por completo su atención en la misma línea que llevaba al menos veinte minutos releyendo. El campo de quidditch es un buen lugar para estudiar a eso de la media noche, cuando los Gryffindor están arropados en sus camas y no entrenando ruidosamente.

Está ahí por obligación, porque Astrid le suplicó que la acompañase a acosar a Haddock mientras él, con una habilidad impresionante, estudiaba sin problemas en las bancas más cercanas al entrenamiento. Aguardando por su muy idiota, en opinión de Elsa, mejor amigo que estaba demasiado ocupado creyéndose la gran cosa mientras perseguía la estúpida snitch.

—Recuérdame por qué sigo aquí—. Se queja Elsa, resignada a tener que esperar para hacer su tarea en la madrugada.

Astrid sólo la mira unos segundos y regresa sus ojos a la nuca de Hiccup, encorvado sobre el ejemplar de Animales Fantásticos, anotando con el mismo entusiasmo que el de la primera vez que lo leyó. Por que sí, Elsa jura contar por lo menos ocho re lecturas de ese libro, es su tesoro, Jack se lo regaló por navidad.

¿Cómo lo sabe? No encuentra forma de explicarlo sin que su dignidad se vea comprometida. Tan sólo digamos que verificaba que Frost no hiciera de las suyas, así que lo siguió por todo el callejón Diagon cuando distinguió su blanca y aparentemente suave cabellera en medio del tumulto de gente. Claro, únicamente por precaución.

—Porque me amas y en el fondo te gusta observar a Frost practicar.

Con los ojos desmesuradamente abiertos, Elsa cierra el libro de golpe. ¿De dónde sacaba Astrid esas estupideces? ¡No había observado a Frost más que por el rabillo del ojo un par de veces! ¡Eso cualquiera lo haría! ¡Él suele destacar entre todos de alguna irritante manera!

—¿Inhalaste algo en el laboratorio de pociones?— le pregunta, indignada. Y Astrid eleva una de sus pulcras cejas mientras la mira con incredulidad.

—No...

—¿El invernadero?

—Tampoco,— insiste —Elsa, no he inhalado nada, digo la verdad. Que a ti te cueste admitir que tu obsesión con Frost va más allá de un par de sospechas sobre sus travesuras, no quiere decir que sea mentira.

—Eso es lo más absurdo que he escuchado en mi vida, y me siento junto a Fred Frederickson en Historia de la magia—. Niega rotundamente con la cabeza. En lo absoluto aquello era verdad. Jack Frost era un tipo inmaduro, sarcástico, estúpido y jamás comprendería porque las chicas caían tan fácilmente por él.

Cualquier otro chico podría tener esos ojos y sonrisa de ensueño. Definitivamente.

—Oh, vamos, Elsa— de reojo, Astrid cuida que Hiccup siga metido en su libro. —admite que Frost te gusta, aunque sea un poco.

Elsa siente enfurecer y con la frustración de las burlas encima, ignora por completo cómo la práctica concluye a sus espaldas y los jugadores descienden de sus escobas y se aproximan a las gradas.

—Yo te digo a ti que admitas lo falso de tus teorías ridículas. Ni en un millón de años me interesaría Frost para algo más que darle una lección de madurez y modales— con la barbilla alzada, Elsa recoge sus libros pars irse.

Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora