"Dark pen conversations" drabble

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Los ojos comenzaban a cerrársele. Elsa luchaba por mantenerse despierta con los ojos fijos en el tablero cuyos trazos le resultaban cada vez más confusos, pero la voz arrastrada y gangosa de la profesora de Sociología no le ayudaban en nada más que arrullarla.

En un desesperado último intento por despejarse, destapa su lapicero y garabatea lo único que se le viene a la mente:

Joder, que se calle.

Se sorprende a sí misma, suele ser muy aplicada, el mejor promedio de la carrera y quizás algo lame botas, sin embargo, no podía culparse. Cualquier mortal caería rendido al sueño en la clase de la señora Ross.

Decepcionada por lo infructuoso de su intento, está a punto de borrar con corrector lo que ha escrito cuando una mano se le atraviesa en el camino, e igual de armada con otro lapicero de tinta oscura, escribe rápidamente una respuesta en la caligrafía más curiosamente desprolija pero organizada que alguna vez vio.

Llevo rezando por eso desde que la clase comenzó.

Eso la hace parpadear y alzar sus ojos a su derecha, donde se encuentra abruptamente con las finas facciones de un muchacho que jamás había visto en esa clase. Tenía brillantes ojos azules y una sonrisa gamberra en los labios, en su mano derecha sostenía su lapicero y en la otra, una extraña cadena que traqueteaba incesantemente cada vez que él la moldeaba a su gusto.

Tal vez fue por la expresión blanqueada de Elsa o por su falta de respuesta, que el muchacho abre esta vez la boca para susurrarle.

—Lo lamento,— le dijo, apenado —es una mala manía mía.

Y regresó sonrojado su mirada al frente, Elsa recién nota lo agradable que es su perfil, en especial su nariz.

Ella en otra ocasión lo habría dejado pasar mientras pensaba en lo extraño e irrespetuoso que ese chico era, sin embargo, algo la movió a escribir algo más en la hoja y se la mostró.

¿Qué es eso que tienes en la mano?

Él señaló con los ojos la cadena y ella asintió. Entonces, algo entusiasta porque la situación no quedó en algo incómodo y ya, él responde con una sonrisa.

Es un objeto antiestrés, me ayuda a mantenerme concentrado en clase.

Elsa asiente y escribe algo nuevo.

Pues no te veo muy concentrado que digamos, jajaja.

Él sonríe a lo que lee y regresa otra respuesta.

Me ayuda, no garantiza que me concentre, eso es algo mucho más complicado de hacer.

¿Por qué?, Escribe Elsa.

Tengo TDAH :)

Esta vez, son las mejillas de Elsa que se colorean intensamente mientras el chico la mira como aguantándose la risa. Es obvio que le divierte su reacción.

Lo lamento.

Él frunce el ceño al leer su respuesta.

¿Por qué?, no se me ha muerto nadie, jajajaja.

Elsa abre los ojos y tiene ganas de que la tierra se la trague, ¿él habrá malinterpretado algo de lo que dijo?

No, me refiero a que fue una pregunta muy imprudente de mi parte. Lo siento.

Él sonríe.

Descuida, no me molesta.

Hace una pausa y antes de que Elsa escriba algo, él se adelanta en agregar.

Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora