—¡Eres un imbécil, no te soporto!
—Vaya, qué triste. Deja tu queja en la caja de sugerencias, ¡lamento darte el mal servicio que mereces!
Las miradas agotadas de los otros jóvenes en la mesa se intercalaban entre Jack y Elsa que, como de costumbre, discutían por cualquier pequeñez que les sirviera de excusa para expresar su odio mutuo.
—Pues tú—
—¡Muy bien, suficiente!— todos los presentes miraron agradecidos a Anna —¡Que ustedes dos se detesten entre sí no es algo que nos incumba al resto de nosotros que sólo deseamos almorzar un solo día en paz!, es increíble, Elsa, que ni siquiera siendo su cumpleaños le des tregua a Jack— miró enojada a su hermana que le devolvió el contacto indignada.
—¡¿Yo?! ¡Fue él el que comenzó!— señaló casi que con repulsión al cumpleañero que se mofaba de ella.
—¿Qué puedo decir? Tu sola presencia me quita la paz— se encogió de hombros el peliblanco, enfureciendo a la rubia de ojos azules que ya estaba roja de la cólera.
—Eres un infantil.
—Tú una neurótica.
—Imbécil.
—Mandona.
—Incompetente.
—Loca.
—Ya verás mocoso de—
—¡Elsa!— Anna tomó del brazo a su hermana que parecía querer saltar sobre Jack —creo que tú y yo deberíamos hablar.
—No lo creo, Anna, si alguien necesita algo aquí es este niño, debe aprender lo que son los modales básicos para—.
—Vámonos— tiró fuerte y lejos del grupo a su mayor, mientras esta le mostraba su dedo corazón al muchacho en la lejanía.
La pelinaranja miró a su alrededor en busca de un lugar preciso para charlar con su hermana, y lo primero que le resultó conveniente fue la sala de delegados que se encontraba entre el baño de chicas y los casilleros. La arrastró del brazo hasta el espacio, dónde casi arroja a su contraria luego de cerrar la puerta con seguro.
—¡¿Me quieres decir qué mierda ocurre contigo?!— finalmente espetó la de ojos verdosos —¡Es el cumpleaños de Jack y tú no eres capaz de dejarlo todo en paz con él siquiera una hora!
—¡Es él el que lo hace, Anna! ¡Yo no!
—No me interesa quién cornetas sea el culpable. Hoy es el maldito cumpleaños de Jack y tú eres la encargada de llevarlo a la maldita fiesta sorpresa que llevamos meses planeando— dijo severa mientras golpeaba con firmeza un escritorio cercano, eran pocas las veces que Anna se comportaba de esta forma tan reacia y tosca. La menor de los Arendelle siempre se caracterizó por ser toda amor y sonrisas, pero cuando alguien, generalmente su hermana mayor, la sacaba de sus cabales, era de temer y ser tomada en serio.
Elsa se quedó muda, perpleja con la actitud de su hermana, y un tanto avergonzada por no saber qué decir.
Anna suspiró y llevó varios mechones de su cabello hacia atrás.
—Mira, yo no sé, cómo harás, Elsa. Pero quiero esto solucionado para antes de que acabe la jornada escolar y que luego puedas poner la mejor puta sonrisa en tu rostro al recoger a Jackson en su casa para llevarlo a la nuestra, sin que sospeche un carajo de lo que planeamos. Y como yo le note un solo rasguño o un ápice de discusión entre ustedes, lo juro por nuestros padres, que en paz descansen, que te arrancaré diente por diente hasta hacerme millonaria vendiéndolos como perlas en el mercado negro.
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Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]
FanfictionPorque amo las historias de amor, sobretodo si son cortas y porque Jack y Elsa son mi OTP. -Historia totalmente mía. -Para adaptaciones primero contactarse conmigo . -Es inadmisible cualquier copia parcial o total. -Los personajes no me pertenecen. ...