TW: Mención de enfermedades graves (leucemia), violencia, muerte, etc.
Si estos temas son sensibles para ustedes, por favor no lo lean, y si lo hacen, queda bajo su responsabilidad.
También está bien pinche largo. Entonces acomódense.
—Bueno... aquí estamos– Agnarr tira del freno de mano cuando el auto se detiene por completo frente a la propiedad.
La casa de campo Overland es un sencillo rectángulo de dos pisos con un pórtico amplio flanqueado por columnas blancas de madera que contrastan con el verde grisáceo que se desconcha en las esquinas de las tablas revestidas del exterior. De las dos erguidas que se separan por el paso a las escaleras, cuelgan canastos de maceta con flores blancas brotadas hermosamente bajo el toque del sol en sus pétalos.
—Son lirios...— musita su madre, encantada. Acomodando el gorro de paja tejida sobre su cabeza.
Elsa hace el amago de recoger su maleta de la cajuela, pero la mano de su padre es más rápida y la ataja sobre su hombro.
—Ya está, cariño, la llevo yo—. Da un delicado beso a su frente y se larga al interior del lugar.
Rueda los ojos, no era necesario. Nada de todo eso lo es, en realidad. Pudieron quedarse en Disney, seguir como si nada, fingir algo de normalidad en menos de ese caos, ella se los pidió, y como siempre, no le hicieron caso. La trajeron a una casa, bonita, pero en medio de la nada, con la excusa más vaga del mundo.
"Necesitamos más tiempo de calidad en familia" le dijo su madre.
Sí, claro.
Bufando, sigue al resto de su familia dentro de la casa, donde la temperatura baja drásticamente y parece que el nuevo perfume de su padre se intensifica.
—Qué raro,— dice Agnarr dando vueltas en su puesto, mira a todas partes —Mama Odie dijo que nos recibiría.
—Tal vez esté ocupada— sugiere Iduna.
—O tal vez tiene mejores cosas que hacer antes que darles la bienvenida a cuatro turistas que en su sano juicio vinieron a la literal nada para pasar una semana entera—. Dice sin apartar la vista del teléfono, Anna.
Elsa suelta la risa por la nariz y la codea, una sutil sonrisa ladeada es lo que su hermana le corresponde.
—No lo sé... tal vez se le hizo tarde—. El padre aprieta las asas de las maletas en sus manos y pone un pie en el primer escalón. —Cómo sea, yo iré a dejar estas cosas en sus cuartos, niñas, acompáñenme.
Ellas, casi que por reflejo, miran a su madre y ella les agita la mano.
—Vayan, yo buscaré la cocina para ver si logro preparar temprano la cena.
Sin ganas de objetar, ambas hermanas, suben tras su padre que da tumbos a lo largo del pasillo alfombrado. Hay unas tres puertas regadas del lado derecho y otras dos del izquierdo, todas blancas y escuetas, menos la última de la derecha.
Es sutil, casi imperceptible de lejos, pero hay un grabado en la madera de aquella puerta; una letra capital, adornada con lirios parecidos a los de la entrada, es una clara "J".
Elsa no puede evitar llevar la yema de sus dedos al tallado minucioso, como si algo la atrajera de inmediato a ella.
—Bonito ¿no?— sonríe su padre —Esta es tu habitación.
Agnarr se impulsa hacia adelante y abre la puerta de golpe, sin pudor.
—¿Por qué una "J"?— le pregunta a Anna como si supiera, ella se encoge de hombros.
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Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]
Fiksi PenggemarPorque amo las historias de amor, sobretodo si son cortas y porque Jack y Elsa son mi OTP. -Historia totalmente mía. -Para adaptaciones primero contactarse conmigo . -Es inadmisible cualquier copia parcial o total. -Los personajes no me pertenecen. ...