Aparecieron repentinamente durante la madrugada; en cuanto él abrió los ojos encontró cuando menos a una docena de esos monigotes, plantados alrededor de su cama.
— ¿Qué diablos...?—se preguntó, invadido por al asombro y la perplejidad, antes de reconocer algunos de los rostros de los muñecos: Cada uno de ellos era una réplica exacta de familiares y conocidos suyos, fallecidos años atrás.
Estaban sus padres y abuelos...Aquel compañero suyo fallecido durante su adolescencia, cuyos rasgos eran perfectamente imitados a través de una máscara de plástico y ojos de cristal que no dejaba de sonreír.
Los maniquíes sonreían, sonreían...
Él quería pensar que todo aquello se trataba de una broma pesada. Sin embargo, ninguno de sus amigos y conocidos de la actualidad sería dado a una broma semejante. Al menos, eso es lo que él suponía.
Además... ¿Le engañaban acaso sus ojos, o uno de los maniquíes acababa de cambiar de posición?
Se encontraba ahora interponiéndose en medio del camino que había entre su lecho y la puerta de su habitación.
—Hemos venido por ti—dijo una voz, la misma que se oía cercana y lejana al mismo tiempo.
— ¿Quién...?—apenas alcanzó a preguntar el hombre, incorporándose lentamente de su lecho, sólo para sentir ambas piernas retenidas por un par de frías manos que surgían de las sombras bajo su cama.
—Hemos venido por ti—Vuelve a repetir esa voz extraña, mientras el hombre es arrastrado bajo la cama en medio de espantosos gritos de terror—. Ven, únetenos. Únetenos.
Al cabo de unos segundos, todo en aquella habitación queda en silencio.
Si alguien hubiese irrumpido repentinamente en esa pieza, no habría encontrado el menor rastro del dueño de la casa, ni tampoco de ninguno de los maniquíes.
Un par de noches después, un hombre es despertado en la madrugada.
— ¿Quién es...?—pregunta el hombre aterrorizado, descubriendo alrededor de su cama a trece maniquíes.
—Hemos venido por ti—le dice una voz, semejante a varias voces que hablan al unísono.
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Mini-Historias de Terror
HorrorPorque no hacen falta muchas palabras para producir el más hondo de los escalofríos... He aquí una colección de breves, brevísimos relatos de terror y misterio...