Mientras acariciaba al gatito blanco en su regazo, la niña se preguntaba por qué el abuelo había estado tan callado toda la tarde.
—¿Acaso el gato te comió la lengua, abuelito?— Preguntó una voz extraña, al tiempo que los ojos del gatito blanco comenzaron a brillar de forma demoníaca.
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Mini-Historias de Terror
HorrorPorque no hacen falta muchas palabras para producir el más hondo de los escalofríos... He aquí una colección de breves, brevísimos relatos de terror y misterio...