—Aún no he muerto—nos decía una y otra vez, antes de que lo arrojásemos a la fosa.
—Aún no he muerto—insistió, mientras le cubríamos de tierra.
Sus palabras deberían haber quedado ahogadas por toda la tierra que le pusimos encima...Pero igual seguíamos escuchándole repetir la misma frase una y otra vez.
Él era un cadáver putrefacto. Ni siquiera tenía lengua ya, así que era imposible que nos hablase. Pero igual le oíamos.
Desde hace ya un tiempo que la ciudad viene llenándose de cadáveres como él. La última vez que alcance a ver noticias, se decía que todos en el mundo estaban muriendo, víctimas de una nueva plaga, mucho más terrible y espantosa que todas las que hubiesen acontecido anteriormente en la historia.
Sólo quedamos mi hermano y yo.
Y desde hace días que no encontramos más que cadáveres a donde quiera que vayamos.
—Aún no he muerto...—nos repiten las voces una y otra vez, desde fosas rebosantes de muerte y putrefacción—Aún no he muerto...
De buena gana me arrancaría las orejas. Pero algo dentro de mí me hace presentir que aun así seguiría escuchando aquel mismo clamor de pesadilla, horrible, odioso, monótono, que me hace condenas eternas, en agonías que ni siquiera la misma muerte es capaz de poner fin.
—Aún no he muerto—me dicen los de la fosa, y ya estoy pensando de unírmeles, de pura desesperación...
ESTÁS LEYENDO
Mini-Historias de Terror
HorrorPorque no hacen falta muchas palabras para producir el más hondo de los escalofríos... He aquí una colección de breves, brevísimos relatos de terror y misterio...