Muñequitos de Nieve

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Mis hijos llevan días desaparecidos.

Allá afuera en el patio, esos grotescos muñecos de nieve que hicieron la última mañana que los vi todavía siguen en pie, todavía manteniendo esas desagradables sonrisas en sus blancos rostros.

Debo estar imaginando cosas, porque esta mañana tuve la impresión de que ellos se encuentran ligeramente más cerca de la casa que ayer...

Ya se ha hecho de noche. Pronto será Navidad, y todos en el pueblo celebran, pero yo solamente puedo pensar en mis hijos desaparecidos.

Justamente ahora están llamando a la puerta. Y yo corro ansiosamente a ver de quien se trata, pero al pasar por la cocina...

Al pasar por la cocina, me asomó por la ventana, y los veo a ellos, esos muñecos horribles, innegablemente mucho más cerca que antes.

Y además, hay muchos otros más muñecos en el patio. Todos con la misma grotesca sonrisa.

Dos de ellos traen puestas sobre la cabeza las gorras de mis hijos.

Sus sonrisas están hechas con los botones de sus abrigos, y aún en medio de la noche, yo soy capaz de ver las manchas de sangre en los mismos.

"Dios" quiero gritar, pero la voz no sale de mi boca. "¿Qué es lo que han hecho con mis hijos?"

Una serie de masas blancas arremeten fuertemente contra la ventana antes de que tenga tiempo de reaccionar, transformándose en segundos en toda una avalancha que arremete contra mí, ahogándome de a pocos.

Casi parece una burla del destino que lo último que alcance a oír sea la burda música de un villancico a la distancia, producida por unas luces navideñas.

Yo me sé la letra de memoria. No puedo evitar recordarla, mientras la nieve me sepulta:

"Oh, blanca Navidad

Nieve

Un blanco sueño y un cantar..."

Mini-Historias de TerrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora