Superhéroe

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I

Tenía tantas ganas de ser fuerte, invencible como los superhéroes de las historietas y dibujos animados; así ya no le tendría nunca más miedo al hombre que vive con nosotros, que nos atormenta todo el tiempo, que nos hace toda clase de cosas malas.

Ese hombre es como el mismo diablo.

Cuando mamá todavía vivía, me decía todo el tiempo: "Edgard, tienes que ser fuerte, tienes que ser valiente y cuidar a tu hermano pequeño, Jules. Cuando yo no esté, tú debes procurar que nada malo le ocurra."

Así me decía ella: Ya estaba muy enferma entonces, y por eso hizo lo que hizo.

No quería que nos quedásemos solos, así que trajo un hombre a la casa. Un hombre para que fuera nuestro papá. Pero él fingía. Él nos mostraba buena cara, mucha gentileza mientras mamá vivía.

Cuando ella murió, él se mostró tal como era en verdad.

Se gastó todo el dinero, nos dejaba encerrados todo el día y toda la noche.

A mi hermanito le hizo un montón de cosas malas. ¡Yo no pude hacer nada por él!

Apenas si podía llorar, y rezar.

Rezaba, rezaba un montón.

Les pedía a Dios y a mi mamá que se llevase al hombre malo.

Pero nada, él no se fue. Y la vida siguió y fue peor.

Yo rezaba mucho, mucho, pero la vida no es como las historias y no ocurría ningún milagro, y ninguna persona venía en nuestra ayuda.

Vivíamos encerrados, prisioneros en el sótano.

Allí el hombre malo nos hacía toda clase de cosas malas a mi hermanito a mí.

Yo rezaba, y rezaba...

II

Una noche, yo tuve un sueño muy feo, que parecía real.

Aparecía una niña de pelo blanco y cara blanca: Ella era como una fantasma y me saludaba, cuando la veía desde la distancia su rostro parecía triste, pero al acercarme ella me sonreía y me preguntaba una y otra vez:

"¿Qué deseas? ¿Qué deseas?"

Yo me quedaba mudo, como si me hubiesen cortado la lengua.

Ella entonces se reía y empezaba a salir abundante sangre de su boca.

Yo miraba mi cuello, y entonces me daba cuenta que me habían arrancado una parte del rostro.

La niña me decía entonces:

"Yo soy tu ángel guardián, yo voy a hacer realidad tu deseo: Dime ¿Qué deseas?"

Yo sentí que me moría, y le dije, con el último aliento de mi voz:

"Quiero ser fuerte, quiero ser invencible, que ya nadie nos haga daño a mi hermano y a mí".

Ella se rio, y más sangre salió de su boca.

Y yo me desperté, y justo entonces llegó el hombre malo, le pude oír bajando las escaleras del sótano.

Yo no sé bien que pasó, yo sólo sé que me puse como loco.

Él me gritó me insultó y entonces...

No sé como pero yo conseguí derribarle de la escalera.

Cayó de la escalera y se quedó con una pierna rota, ensangrentada, aullando de dolor.

Gritaba y gritaba.

Mi hermanito se levantó de su cama, se quedó mirándome, como si mirase un monstruo.

Gritaba horrible el hombre; parecía un insecto que acababan de aplastar.

Y me daba pena verlo así, no podía pensar claramente. Me enfermaba.

Estrellé su cabeza contra el suelo varias veces, varias veces hasta que dejó de gritar.

Hasta dejarlo en silencio total...

Yo no sé qué me pasaba.

Pero ya no me sentía normal, nunca más me pude sentirme normal después de ese día.

III

Quería tanto ser fuerte.

Invencible como los superhéroes de las historietas y dibujos animados.

¿Quién me concedió mi deseo?

La niña de mi sueño decía que era mi ángel guardián, pero ningún ángel podía haber hecho lo que ella hizo.

Tal vez fuera cosa del hombre malo: Él no creía en Dios, se la pasaba haciendo cosas feas, como de brujería y diablos. Y por eso nos hacía cosas malas a mi hermanito y a mí, decía que los diablos se lo ordenaban...

¿Quién sería esa niña?

No lo sé. Nunca lo supe.

Pero concedió mi deseo.

Ahora debo mantenerme lejos, escondido.

Debo cuidar a mi hermanito desde lejos.

Debo cuidarlo de lejos, porque él me tiene mucho miedo, y cuando yo me acerco a él, tiene como un terror de muerte, y grita y se desmaya.

Ahora él es un hombre adulto, mientras que yo sigo siendo un niño.

Pero igual, él es mi hermanito y yo debo cuidarlo.

A él no le gusta hablar de mí; a veces le oigo mentir y decir que su hermano ha muerto. A veces dice que él nunca tuvo un hermano.

No importa, yo lo quiero igual.

Y siempre estoy allí para protegerlo, cada vez que está en un peligro.

Soy como un superhéroe para él.

Invencible y sin miedo a nada.

Soy su ángel guardián...

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