Madre

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Un pedazo por aquí, otro por allá...

El rostro de su bebé seguía siendo reconocible pese a todo, sobresaliendo a medias de la boca de aquel repulsivo ser que había invadido la casa, cuyo aspecto era semejante al de un cadáver desollado, cuyo vientre parecía hincharse más y más conforme pasaban los segundos.

El horror vivido durante aquellos momentos le resultaba tan imposible de soportar que ni siquiera tenía fuerzas para pegar el grito que pugnaba por brotar de su garganta.

Apenas si todavía conservaba la pobre mujer una leve noción de la realidad, cuando el cadáver se acercó hasta ella, casi restregándole por la cara su vientre hinchado, al tiempo que la siguiente frase surgía de su boca sin labios ni lengua, emergiendo como del infierno:

Yo también soy una madre...

Habiendo sido dichas estas palabras, el vientre de aquel ser se reventó, emergiendo del mismo una infinidad de repugnantes alimañas parecidas a sanguijuelas inflamadas de sangre, las cuales no tardaron en devorarlos a ambos, víctima y monstruo.

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