A pesar de estar sufriendo parálisis del sueño esa noche, de alguna forma pudo percatarse cómo es que su propia sombra había empezado a moverse y crecer.
Pero no fue hasta que dicha sombra lo asió con fuerza de la garganta cuando finalmente comprendió que no se estaba imaginando semejante visión, ni tampoco que había caído dentro de una pesadilla delirante.
Aquella era una vivencia real, espantosamente real.
Y a él le tocó vivirla hasta el último suspiro, sin siquiera poder pegar un grito de horror en su lenta y dolorosa agonía.
ESTÁS LEYENDO
Mini-Historias de Terror
HorrorPorque no hacen falta muchas palabras para producir el más hondo de los escalofríos... He aquí una colección de breves, brevísimos relatos de terror y misterio...