Mini-Historias de Terror

#41

—La verdad es que a veces no entiendo cómo puedes dedicarte a escribir historias de terror... —me dijo mi amigo—. Quiero decir, la vida moderna ya es de por sí bastante aterradora, ¿No te parece?

—Claro que lo es... —le respondí yo resignadamente, mientras la ayudaba a enterrar el cadáver de aquel niño extraviado que acabábamos de atropellar con nuestro coche hacía apenas unos momentos atrás.