Santos Inocentes

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Hoy es Día los Inocentes, y los trabajadores de una famosa cadena de comida rápida internacional se divierten llevando a cabo una asquerosa venganza contra su tan poco cordial clientela: Cada hamburguesa recibe un escupitajo antes de ser empaquetada, apenas pudiendo los bromistas contener la risa al momento de entregar a cada cliente su pedido.

— ¡Pensar que llevamos haciendo todos los años y hasta ahora ninguno de estos estúpidos se ha dado cuenta! —se carcajean entre sí los trabajadores, una vez terminado su turno.

El más joven de todos ellos, que recién ha comenzado a trabajar en esa sucursal desde hace un par de meses, también celebra la humorada, habiendo escupido él por menos unas veinte hamburguesas.

El chico no lo sabe, pero ya desde hace semanas que su organismo se encuentra infectado con un nuevo tipo de virus, de carácter asintomático, el cual habrá de matarle antes del próximo fin de semana.

Y para ese entonces, el virus ya habrá sido transmitido a cada de unas las veinte personas a quienes le ha jugado su pesada broma, quienes a su vez se lo irán transmitiendo a cada una de las personas con quienes e interactúan, el cual terminará provocando un trágico efecto domino que culminará con la eventual exterminación humana en las próximas dos décadas.

Por ahora, el joven solamente piensa que ha llevado a cabo una simple broma, la cual no tendrá una mayor trascendencia, caminando de vuelta a su casa silbando alegremente.

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