Dándoselas de Juan sin miedo, él se puso entonces esa vieja máscara supuestamente embrujada.
Terminada la ocurrencia sin embargo, aquella dichosa máscara le resultó imposible de quitar, puesto que esta ya se había fundido con su carne y piel de manera tal que no era posible determinar a ciencia cierta donde comenzaba su rostro y en donde terminaban los límites de aquel infernal artilugio.
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Mini-Historias de Terror
HorrorPorque no hacen falta muchas palabras para producir el más hondo de los escalofríos... He aquí una colección de breves, brevísimos relatos de terror y misterio...