Elogio

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Él me acaricia los dedos de los pies, y me dice que son muy hermosos.

—Serán los más bellos de mi colección... —agrega, justo antes de empezar a arrancármelos uno por uno con esa pinza metálica que sostiene en su mano derecha, mientras que yo solamente puedo gritar y retorcerme, amarrada como estoy a esta silla donde me muero lentamente, desangrándome sin esperanza alguna...

Mini-Historias de TerrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora